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Desde Apalabrarte te dejo tres libros digitales gratuitos para que puedas leerlos, descargarlos o compartirlos con quien vos quieras. La poesía debe abrir sus alas y aprender a volar en esa historia, ustedes son nido y refugio para estas letras.

«Poemas de bolsillo«

Leandro Murciego

Poemas de bolsillo es una selección de 16 textos de Leandro Murciego -que tienen una mirada social-. Estos escritos fueron seleccionados para el VIII Encuentro de Escritoras y Escritores por la Libertad (FIEL – 2025) que se realizó en el Palacio El Victorial (Piedras 722, CABA) el 18, 19 y 20 de abril de 2025.

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«Ensamble Poético«

Antología (varios autores)

Es la primera antología poética del Mentoring Grupal presencial de PAMA (Poesía A Mano Alzada) realizado en 2024 y coordinado por Leandro Murciego. El eBook tiene textos de Carolina Bregy, Carina Cigarrán, Aldo Fernández y Yésica Bernardou.

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«PNU«

Antología (varios autores)

PNU (Poesía de Necesidad y Urgencia), primera antología de poesía política realizada por el colectivo cultural Poetas Resistiendo. El material se editó el 23 de marzo de 2024 y reúne más de cien autores que dan forma a un registro poético de época.

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La identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

Para mucha gente casi no existen diferencias entre la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética, pero no es así. Estas tres opciones (que son el eje del 2do encuentro de «Poesía en 4 pasos -capítulo 2-«), más allá de estar íntimamente ligadas, son partes fundamentales de los procesos artísticos. En este artículo de Apalabrarte tratará de echar un poco de luz sobre estos temas.

La importancia del nombrarnos

Sabido es que el nombre es nuestra primera seña de identidad, aquello que nos identifica, que nos diferencia y que nos da entidad. Somos ese y no otro. Llamar por el nombre a una persona es reconocerla. El acto de nombrar al otro, por medio de su o sus nombres, es una de las primeras definiciones más particulares que podemos hacer, genera vínculos, acorta distancias. 

El apellido es algo relativamente nuevo, y en algunas culturas no existía casi hasta la contemporaneidad, pero el nombre está ahí desde miles de años. 

La identidad

la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

El nombre, repito, es nuestra primera seña de identidad. Pero existen muchas otras. Pensar en la identidad es pensar en un fenómeno subjetivo, y como tal, único. La identidad, sin dudas, es una construcción que está determinada por una multiplicidad de factores, que singularmente comienzan con el nombre y continúan con las características personales, con las experiencias personales, con la historia familiar, las influencias culturales, económicas y políticas. Pero hay más, la identidad individual se construye simbólicamente en la interacción con los otros. Los otros, en la interacción con nosotros, nos definen y viceversa. 

La identidad literaria

la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

Entonces, si entendemos esto, será mucho más sencillo poder comenzar a pensar juntos la importancia de la identidad en la literatura tanto para el autor/a como para el texto. Es decir, poder poner nombre, -que es como decir poner en palabras- la construcción identitaria de un/a artista colabora mucho a la hora de escribir, ya que al artista esa suerte de definición le pone un norte creativo o un marco para desarrollar la obra.

La identidad artística define, pero a la vez potencia. Es decir, que se convierte -de algún modo- en una suerte de rector. Ahora bien, qué compone la identidad artística. Los componentes de la identidad literaria son muchos y variados.

Sentirse escritora o escritor es una forma muy efectiva de progresar en la senda de la escritura. Esta construcción, que permite que el artista se reconozca como escritor/a invita a construir un hábito literario. Es decir, a trabajar metodológica y sistemáticamente en el proceso creativo, en este caso en el de la escirtura.

La identidad literaria o identidad de escritor o escritora puede convertirse en una herramienta que puede ayudarte a alcanzar tus objetivos de escritura y a convertirte en el autor/a que deseas ser. La identidad literaria, como la de la vida, está compuesta de nuestro pasado y/o origen (en el caso de la literatura podría afirmarse a quienes me formaron y a quienes leí), nuestro presente (esta mirada se basa en la pregunta: ¿quién soy?) y en mi meta o mi «norte» futuro (que se podría traducir en: ¿quién quiero ser?).

la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

Si se logra responder a estas tres preguntas podríamos, de algún modo, dar forma a la construcción de identidad. En los procesos de coaching literario y/o de mentoring literario la construcción de la identidad se define en dos o tres encuentros de la mano de tres o cuatro actividades que ayudan a quitar el velo a las temidas preguntas: ¿quién soy? y ¿quién quiero ser?

Tanto la identidad literaria como la personal son constructos que van cambiando todo el tiempo, pero a pesar de ello es conveniente tratar de ponerla en palabras y, de algún modo, establecer un punto de partida artístico. Este punto de partida se basa, sin dudas, en la respuesta a las dos preguntas antes planteadas. Si sabaemos quienes somos y, además, quienes queremos ser podremos definir el camino para lograrlo de forma certera. Esto permitirá, no sólo, obtener mejores textos sino, también, apelar a las herramientas más apropiadas para lograrlo.  

Diferencia entre identidad literaria y voz poética                   

la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

Sin dudas, las características que da forma a una voz poética -su manera de expresarse (coloquial, formal, etc), los temas que lo o la interpela (sociales, personales, políticos, filosóficos, etc), tan sólo para mencionar algunas características- forman parte de la identidad literaria de un autor o de una autora. Pero esta identidad está delineada, también, por cuestiones estéticas, filosóficas, culturales, entre tantas otras aristas.

Vale la pena mencionar que la identidad artística excede a la voz literaria. Esta última es una herramienta que permite llegar de forma certera al lugar deseado por el autor/autora, ya sea en una producción artística, llámese obra, como en su meta literaria. Es más, la identidad literaria puede estar formada por múltiples voces literarias. Es decir, la identidad da cuenta de algo mucho más profundo.

Ésta, sin dudas, es una definición constitutiva -que por lo general- excede el ámbito artístico/cultural. En todos los órdenes de la vida, la identidad es una cuestión ontológica, que analiza al ser en tanto que es. La identidad literaria -fruto de una construcción consciente, inconsciente y social (aquí intervienen todas y no sólo alguna de estas facetas)- se encuentra en permanente evolución. Es decir, que todo el tiempo la identidad se va modificando. Se desarrolla, crece, se modifica, se ratifica, se construye, se deconstruye, se define, redefine. Y repite el proceso una y otra vez, en este y otro orden. 

La identidad de la autora y del autor está vinculado con el tipo de artista que cada cual elige ser o construye para sí y para los demás. Es el “Yo soy” pero con centro en el arte, sin dejar de lado los valores personales.  

Pensar la identidad es, de algún modo, un hecho subversivo, distópico y fundacional. Nada más contra-sistema que tomarse un tiempo para saber quién se “está siendo” y quién se quiere ser. Pensar nuestra identidad y definirla o redifinirla (si es que queremos cambiarla) es una propuesta revolucionaria tanto como hacer poesía.

El segundo encuentro del Capítulo 2 de "Poesía en 4 pasos" está centrado en la Identidad literaria, la voz literaria y la voz poética


Este ejercicio reclama una pausa en la vorágine laboral del artista. Pensar qué se es y quién se quiere ser es un acto antisistémico, disruptivo que podría ser tildado de subversivo. Es decir, que viene a desafiar la norma de la producción constante. Pensar qué se está haciendo o el por qué o el cómo hacerlo propone un alto en le quehacer. Transformándose así en un desafío antimercado. Para ser más claros, en los períodos donde el tiempo se define como dinero, la pausa-reflexiva, en este caso la propuesta para repensar o pensar la identidad, se vuelve contrasistema.

La duda o la reflexión no son redituables para el sistema económico, tanto como la poesía -una de las grandes ignoradas por el mundo editorial-. 

La construcción de la identidad lleva consigo o, mejor dicho, detrás,  un andamiaje de construcción de pensamiento o ideológico. La ideología es un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, de una colectividad o de una época, un movimiento cultural, religioso o político, entre otras tanras posibilidades. 

Ahora, volviendo al proceso de construcción artística de un escritor, el pensar quién es y quién quiere ser es una prioridad para aquel que quiera transitar el mundo del arte siguiendo su propia bandera. Esta se convierte en una piedra fundamental en la que se basará todo el proyecto artístico. Esta piedra es uno de los puntos de partida de la gran construcción artística/cultural. Construcción que en muchos casos logra ir de la mano del desarrollo de la identidad personal.

¿Pero para escribir es preciso saber quién soy? ¿No se puede descubrir a medida que se escribe? La respuesta a estas preguntas a ambas preguntas es: Sí. Sí, se puede escribir sin saber quién se es. Y también se puede descubrir quién se es a medida que se va escribiendo. Ahora bien, el camino artístico es más gratificante, directo y hasta más productivo -a nivel personal- y prolífico -en cuanto a cantidad de obras se hable- si se transita con un norte claro.

En algunos casos, el primer paso de la construcción de la identidad literaria puede marcar, de algún modo, una coincidencia con aquella primera versión de la voz literaria y/o de la voz poética. La voz literaria (la poética la veremos más adelante) es una herramienta para reflejar o alcanzar la identidad buscada. 

La voz literaria es, por sobre todas las cosas, una forma de decir aquello que nos conmueve. Una forma que nos será y le será funcional o útil por un tiempo tanto al autor como al lector. Esta voz, con el tiempo, irá cambiando independientemente o no de la identidad literaria de la autora/o. La voz literaria como la cebolla cuenta con varias capas. A medida que el autor va creciendo, sumando letras a su trayectoria, va desarrollando nuevas pieles.

Pero la identidad literaria va más allá de la voz literaria y se expresa en cada gesto artístico que el escritor o la escritora toman. El título que se elige para el libro, el tipo de título que se elige para nombrar a un poema o el nombre del capítuo de una novela. La ubicación que se le da tanto al título como al texto dentro de la denominada geografía de la página también son determinaciones que van dando forma a la identidad artística de los escritores/as.

Para ser más claro, toda determinación que se tome tanto sobre como enderredor del texto es un matiz -no menor- que definirá la voluntad del artista y que dejará en claro la identidad de quien escribe.


Qué es la voz poética

la identidad del escritor, la voz literaria y la voz poética

La voz poética es la forma en que un poeta expresa sus ideas, emociones y experiencias en un texto. Esta voz suele ser subjetiva y que parece hablar directamente al lector. 


La construcción de una voz poética puede llevar mucho tiempo y ser utilizada o lograda en un sólo texto o muchos. Un libro puede estar formado por varias voces poéticas. Es más, un poema -por lo general- extenso puede estar integrado por varias voces, creando -por ejemplo- una obra coral.

Se podría definir la Voz poética como: “ una expresión que denota el estilo integral de quien habla en el poema -que no tiene por qué ser el propio escritor/a-.
Para muchos, la voz es la suma de los recursos poéticos y las reglas gramaticales empleadas, asociadas con el estilo literario de un poeta en particular. Es lo que distingue a los poetas entre sí. 

A la voz poética, también se la conoce como «Yo poético», el cual habla en los textos. Para algunos analistas, este “yo poético” es el mediador del poeta, que dialoga, propone, sugiere, induce y seduce al lector.

Entonces, el yo poético o la voz poética son herramientas del escritor/a, de las cuales puede hacer uso en diferentes situaciones. 

La voz poética suele ser el resultado de un hallazgo, que en la mayoría de los casos vino de la mano de una búsqueda. Es interesante aclarar que cada uno busca aquello que no tiene y que cuando lo consigue debe aprehenderlo. Es decir, hacerlo propio. Situación esta que se logra con la utilización del recurso en forma reiterada y con diferentes fines.

¿Se puede utilizar más de una vez la voz poética en varios textos? ¿Es la misma voz la que está puesta en juego? ¿Puede replicarse un recurso o se trata de uno similar? Para responder a estas preguntas es conveniente recordar al filósófo Eráclito. Él decía que una persona no puede bañarse dos veces en el mismo río. Entonces, siguiendo el pensamiento me animaría a preguntarme aunque sea el mismo río es la misma agua. ¿Si uno utiliza la voz poética ya lograda en otra oportunidad hará uso de la misma o de una similar? ¿Será igual a aquella primera o será parecida, aunque mejor? Las preguntas se multiplican y ellas permiten en cada intento de respuesta un nuevo crecimiento que nos transforma de forma ontológica.

Si tuviese que aventurar una respuesta creo, como Eráclito, que una persona no se baña dos veces en el mismo río ya que el río no es el mismo, pero más aún que tras aquel baño anterior tampoco el bañista es igual. El acto transforma tanto a aquel que se arriesga al baño como al agua que lo toca. Cada vez que el escritor se expone a utilizar una voz poética, esta cambia casi tanto como él. Y en cosencuencia se modifica -de alguna forma- su voz literaria y hasta su identidad -aunque claro, en diferentes medidas-.

Violeta Parra (Apalabrarte.com.ar)

Como decía Violeta Parra: «Cambia lo superficial / Cambia también lo profundo / Cambia el modo de pensar / Cambia todo en este mundo / Cambia el clima con los años / Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia / que yo cambie no es extraño…/ Cambia, todo cambia
«

A modo de síntesis, podría decir que la suma de herramientas literarias, entre las que se encuentra la voz poética, dan forma a la voz Literaria del escritor/a. Ésta última es algo más grande que incluye a todos los recursos que el o la artista tiene. Y estos recursos permiten expresar la identidad artística o literaria de aquel que se reconoce como escritor.

Por Leandro Murciego
(Escritor, poeta y coach literario)

Propuestas literarias, virtuales y grupales

Apalabrarte, para marzo, trae dos nuevas propuestas literarias, virtuales y grupales para aquellos que buscan trabajar su proceso de escritura: «Poesía en 4 pasos – capítulo 1» y «Poesía en 4 pasos – capítulo 2«.

Ambos capítulos de POESÍA EN 4 PASOS se desarrollan bajo la modalidad virtual y responden al sistema formativo denominado mentoring. Cada uno de los tramos consta de 4 encuentros (uno por semana), con una duración de dos horas cada uno. Las citas estarán atravesadas por diferentes ejes temáticos, pensados para enriquecer la escritura de cada uno de los participantes.

Qué es el Mentoring

El mentoring, el sistema de aprendizaje más viejo y utilizado del mundo, fue inmortalizado por Homero en su poema épico: La Odisea. Allí, el autor que narra la Guerra de Troya, cuenta que cuando Homero Ulises, rey de Itaca, partió para participar en la guerra, encomendó a su amigo, Mentor, la educación de su hijo Telémaco.

La responsabilidad de Mentor era la de educar, entrenar y desarrollar al pequeño príncipe heredero con el objetivo de que pudiera convertirse en el futuro rey. Para lograr tal fin, Mentor y Telémaco emprendieron un viaje en el que el primero le ofrecía sus conocimientos y experiencias al pequeño discípulo. El recorrido, que los llevó por toda Grecia, vinculó al aprendiz y al guía, estableciendo una relación de gran confianza que se convirtió en el pilar de ese proceso de aprendizaje.

Dicho de otra forma, el mentoring es un sistema donde el mentor ofrece sus experiencias y saberes para que los discípulos y alumnos logren aprehender de esta nueva experiencia. De allí que éste proceso está compuesto de tramos: oferta de conceptos y saberes, recepción, interpelación y apropiación (hacer propio el conocimiento, de ser necesario con la modificación mediante).

Mentoring literarios, virtuales y grupales

La idea, en este caso, es proponer un viaje literario que llevará a los participantes -según el capítulo elegido («Poesía en 4 pasos-capítulo 1» o «Poesía en 4 pasos-capítulo 2»)- por distintos campos poéticos. Caminarlos juntos, sin dudas, propone una transformación, la cual se verá reflejada en las futuras escrituras.

Estos viajes propuestos buscan transformar no sólo desde la recepción de los saberes -algunos formales y otros no-, sino también desde la reinterpretación -grupal- y apropiación -personal- del conocimiento.

Poesía en 4 pasos – capítulo 1

El primer tramo de este proceso virtual-grupal-literario fue concebido para aquellos que están pensando en escribir o mejorar la musicalidad de tus textos. Cada encuentro tiene como objetivo trabajar en los principios básicos de la poesía, en desarrollar herramientas creativas y diferentes habilidades literarias.

El foco del primer capítulo de Poesía en 4 pasos está puesto en trabajar la musicalidad del poema. Para ello se trabajará por medio de la observación y el análisis (para la posterior adquisición) tanto de recursos formales como informales.

Este mentoring literario grupal e individual de poesía se realiza en grupos reducidos y para formar parte no se requiere experiencia.

Desde marzo, dos nuevas propuestas de literarias, virtuales y grupales: Poesía en 4 pasos - capítulo 1 y 2. Para saber más de estos mentoring entrá aquí.

✔️ Temas:

  • Diferencia entre poesía, acto poético y gesto poético
  • Principios básicos de la poesía
  • Relación entre poesía y música
  • El silencio, el protagonista del poema
  • Diferentes formas de trabajar el ritmo en el texto
  • El lenguaje poético (metáfora, alegoría, comparaciones, etc)
  • Habilidades para crear imágenes vívidas en la escritura.
  • Herramientas para autoedición y autocorrección.

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Poesía en 4 pasos – capítulo 2

El CAPITULO 2, fue pensado para aquellas autoras y autores que hicieron el tramo 1 o que cuentan con un amplio recorrido literario y que están trabajando o pensando en cambiar su estilo de escritura. Está propuesta está centrada en la identidad literaria y en la exploración de la voz poética. Para ello, no sólo verán diferentes autores, sino también se hará una través de la memoria, el cuerpo, la emoción, el silencio, los valores. .

✔️Ejes temáticos:

  • Identidad literaria vs. Voz literaria.
  • Construcción de identidad literaria.
  • Construcción de las voces literarias/poéticas.
  • La voz poética, construcción individual o social.
  • Cómo definir la voz poética de cada autor.
  • Cómo fortalecer la voz poética.
  • Decir vs. hacer sentir.
  • Escribir con la cabeza o con el cuerpo.
  • Experimentar con la forma y el lenguaje del poema.
  • La importancia del silencio y la escucha en la escritura poética.
  • Las diferentes formas de hacer corpóreo el silencio en los textos.

Desde marzo, dos nuevas propuestas de literarias, virtuales y grupales: Poesía en 4 pasos - capítulo 1 y 2. Para saber más de estos mentoring entrá aquí.

Inscribite en los mentoring virtuales y grupales

Está ABIERTA LA INSCRIPCIÓN para las 2 nuevas propuestas de Mentoring Grupal Virtual “Poesía en 4 pasos”. Si te interesa alguna de estas dos propuestas podés hacer clic en el banner, que está aquí debajo, para inscribirte o pedir más información (costos, días y horarios disponibles).

Mentoring Literario Grupal y Virtual de Poesía

(Grupos reducidos, varios horarios a elección, según donde residas).
📆 Fecha de inicio: tercera semana de MARZO
Duración: 4 encuentros -uno por semana- (2 horas ⏳, cada uno).

Si te interesa saber más sobre el acto poético u otros temas vinculados con el proceso de escritura, dejame un mensaje. Me dedico a trabajar procesos creativos de novelistas, cuentistas, poetas, ensayistas, etc, crear o reformular metodologías de trabajo, y hábitos de escritura, entre otras cosas. Escribrime aquí, te espero.


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Las figuras literarias y la musicalidad del poema

Las figuras literarias y la musicalidad del poema fue el tema central del tercer encuentro del Mentoring Grupal Virtual «Poesía en 4 pasos». El ritmo y la metaforización son dos cosas que caracterizan o distinguen a la poesía entre el resto de los otros géneros de esta rama del arte. Para ello, les poetas (la elección de las palabras, siempre, son un acto político) se sirven de una gran cantidad de herramientas formales e informales.

Sabido es que les artistas para trabajar la musicalidad o la melodía de sus obras poéticas se basan en una gran variedad de recursos literarios que logran imprimirle al texto mayor velocidad o fuerza o, de ser necesario, buscan hacer uso de las pausas (dadas por los signos de puntación, saltos versales o algunos recursos determinados literarios).

En esta oportunidad, analizaremos las posibilidades que nos pueden llegar a aportar el uso de algunas figuras literarias. Conocer su existencia y contar con modelos apropiados de su uso nos permitirán tener un mayor arsenal a la hora de elaborar el hilvanar la trama rítmica del poema.

Ritmo y musicalidad

Uno de los grandes temas de la poesía es el ritmo y la musicalidad. Ellos son los que le permiten a este género diferenciarse del resto de los integrantes de la familia literaria. Si tuviésemos que tratar de ensayar una definición rápida sobre musicalidad en la poesía, podríamos afirmar que los grandes responsables de ella son los acentos, los cuales marcan la melodía o la estructura sonora del texto.

En todas las áreas de la vida existe el ritmo. Hay ritmo empezando desde la respiración, pasando por el caminar, el hablar. Todo tiene un ritmo, propio y singular.  ¿Cómo, entonces, la poesía podría llegar a prescindir de él?

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Qué es el ritmo

Ahora, bien, ¿qué es el ritmo? El ritmo es la organización en el tiempo de pulsos y acentos.
Aquí aparece otra palabra: pulso. Resulta vital definir, para seguir construyendo juntos el concepto de ritmo, qué es el pulso. Es una serie de pulsaciones que se repiten de manera constante y que sirven para medir el tiempo. 

Si tuviésemos que hacer una analogía entre la música y la poesía, podría decirse que la estructura gramatical de los versos es comparable con las denominadas pulsaciones musicales. 


Para Nicanor Parra “la poesía es la prosa que se mueve (léase baila)». Ésta debe tener ritmo (y por ende, debe contar con pulsos -una estructura que se repite- y acentos) y compás. 

El gran trabajo del poeta -en cada texto- es, quizás, encontrar la musicalidad del poema que estará compuesta por un patrón rítmico, el cual -en el caso de los poemas extensos- deberá cambiar para lograr tanto la atención como el asombro de quien se enfrenta a la obra.

Los recursos que tienen los/las y les poetas para trabajar el ritmo son todas aquellas herramientas que le aporten al texto velocidad y pausa. Con ellas el artista deberá dar forma a diferentes patrones rítmicos y estructuras poético/musicales (tanto en la poesía clásica como moderna (léase versos rimados o libres).

Sin dudas, uno de los grandes protagonistas de los poemas es el silencio. Éste antecede y sucede a todo poema. Es más, algunos autores afirman que el poema viene a poner palabras al silencio.

Para trabajar el silencio, el poeta cuenta con herramientas formales e informales. Las primeras están dotadas de conocidos nombres, mientras que las restantes y las restantes -en ocasiones- nacen de las ganas y de la audacia lúdica de cada autor.

Las pausas convenciones llegan de la mano de los signos de puntuación (los cuales en la poesía actúan -en ocasiones- de manera diferente que en la narrativa) y de los saltos versales, la construcción de las estrofas (agrupamientos de versos) y de la utilización de la «geolocalización» del verso en el territorio a conquistar, el cual llamaré territorio literario u hoja en blanco.

Ésta es un territorio físico a trabajar por el poeta -no es lo mismo comenzar un verso en el margen que en la mitad de la página, cada espacio crea un alto en el ritmo, es decir, una pausa nueva-).

Este juego invita, en ocasiones -y según los estilos o los gustos- a reemplazar algunos signos de puntuación y/o complementarlos con la utilización de los saltos versales (corte de los versos), los saltos estrofales (corte de estrofas) y/o las ubicaciones geográficas en la página, etc.

La estructura rítmica del poema

Pero aquí nace una pregunta: ¿para hacer poesía alcanza con las estructuras? La respuesta es no. Este género para no caer en la monotonía requiere de variaciones. El poeta debe intentar lograr construir un ritmo del texto, el cual una vez conseguido debe ser interpelado, roto o intervenido por otro distinto. 

A los recursos ya sitados (signos de puntuación, saltos versales -el corte de los versos-, construcción de estrofas y el uso de la goegrafía de la página -la ubicación que se le da a los versos en el ancho de la página-) hay que sumarle los recursos literarios, los cuales se dividen en recursos léxicos-semánticos (juegan con el significado de las palabras), recursos fónicos (trabajan con el sonido de los vocablos) y los recursos gramaticales (juegan con el orden de las palabras en la oración).
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En este artículo repararemos en algunos de los recursos literarios que le aportan mayor dinamismo o ritmo al poema.

Recursos literarios que colaboran con la musicalidad del poema

Aliteración (Recurso fónico)

La aliteración consiste en la reiteración de sonidos semejantes en palabras cercanas. En ocasiones, la repetición sonora tiene efectos sobre el significado. Así, en el verso El ala aleve del leve abanico (Rubén Darío, “Era un aire suave…”), la repetición del sonido de la l y de leve, evoca la ligereza del ala.

  • En un trigal, tres tristes tigres comen trigo.
  • En el silencio solo se escuchaba
    un susurro de abejas que sonaba.
    (Garcilaso de la Vega, “Égloga III”)
  • «Yo los conozco, son ocho los monos:
    Pocho, Toto, Cholo, Tom
    Moncho, Rodolfo, Otto, Pololo
    Yo pongo los votos sólo por Rodolfo
    Los otros son locos, yo los conozco, no los soporto
    Stop. Stop …”
    León Gieco «Los orozco»

La aliteración se combina muchas veces con otras figuras literarias. Una de ellas es la onomatopeya, en la que mediante la repetición se busca imitar un sonido determinado.

  • Por ejemplo: En el silencio se escuchaba, / un susurro de abejas que sonaba
    (Garcilaso de la Vega, “Égloga III”)
    La repetición de la /s/ imita el sonido de las abejas.

Otras figuras literarias con las que se combina la aliteración son la paronomasia (el uso de palabras con sonido semejante) y el políptoton (el empleo de palabras de una misma familia).

Por ejemplo:
«vienen bien las viandas (paronomasia); en la mesita junto a la mesada hay una foto de la mesa que compré (políptoton)».

Para lograr un buen trabalenguas es preciso hacer uso de:
ALITERACIÓN + POLIPTOTÓN + PARANOMASIA 

Anáfora (Recurso gramatical)

La anáfora es la repetición de una o más palabras al comienzo de un verso o una frase.

Ejemplo I:

  • Cae
    Cae eternamente
    Cae al fondo del infinito
    Cae al fondo del tiempo
    Cae al fondo de ti mismo
    Cae lo más bajo que se pueda caer
    Cae sin vértigo.

    (Vicente Huidobro, “Altazor”)

Ejemplo II:

  • «Temprano levantó la muerte el vuelo,
    temprano madrugó la madrugada,
    temprano estás rodando por el suelo.»


    (Miguel Hernández, “Elegía a Ramón Sijé”)

Ejemplo III:

  • «Hay una línea de Verlaine que no volveré a recordar;
    hay una calle próxima que está vedada a mis pasos,
    hay un espejo que me ha visto por última vez,
    hay una puerta que he cerrado hasta el fin del mundo.«

    (Jorge Luis Borges, “Límites”)


La poesía es un ejercicio cotidiano que no se elige, se practica y con la práctica crece. La poesía quizá sea el gesto que define, como sugiere Bolaños, la vida del escritor y sus letras. 




Hipérbaton (Recurso gramatical)

Éste, a mi entender, es el recurso poético por excelencia. Esta figura consiste en la alteración del orden sintáctico habitual de las palabras en una frase.

Ejemplo I.

  • «Nocturno el lobo de las sombras nace «
    (Luis de Góngora, “Fábula de Polifemo y Galatea”).

El adjetivo nocturno se coloca antes de lobo, que es el sustantivo al que modifica, y el complemento de las sombras delante de nace, que es el verbo. El orden usual de la frase sería: El lobo nocturno nace de las sombras.

Ejemplo II.  

  • A Dios gracias.
    (Gracias a Dios).

    Más allá de que el juego que propone el hipérbaton es un gesto un desafío a la lógica gramatical y, por tal, una subversión al orden común. Allí, en ese desafío, entiendo, anida la poesía.

Metonimia

La metonimia consiste en designar una cosa con el nombre de otra, con la que existe alguna relación de contigüidad causal, espacial o temporal.

Ejemplos:

  • El efecto por la causa (o viceversa):
    Apaguen el ruido (por una máquina (o un ser) que causa el ruido).
  • La causa por el efecto:
    El sol quemó la planta (por el calor del sol).
  • El continente por el contenido:
    Comí un rico plato (por una porción de comida contenida en un plato).
  • El instrumento por la persona que lo usa:
    Qué bien suena el bajo (por el bajista, es decir, la persona que toca el bajo en una banda).
  • El autor por la obra:
    Debes leer a Virgilio (por las obras escritas por Virgilio).
Parte del material de este posteo sobre los recursos literarios que colaboran con la musicalidad del poema formó parte de la charla de la ponencia "El poema es una danza", correspondiente a la tercera feria virtual del libro de los Estados Unidos, que se realizó el 29 de marzo. 

En ella se mencionaron algunos recursos literarios que colaboran con la musicalidad de los textos poéticos.

Sinécdoque

Éste recurso consiste en designar la parte por el todo (o al revés), lo particular por lo general (o viceversa), el singular por el plural y el género por la especie (o a la inversa). En ocasiones pueden algunas sinécdoque ser consideradas un tipo de metonimia. En ambos casos existe una relación de continuidad entre dos conceptos.

Ejemplos:

La parte por el todo:
Dividamos la comida por cabezas (por personas o comensales).

El todo por la parte:
El país lloró  (por los ciudadanos -¿todos? ¿Nadie fue indiferente?-).

El género por la especie:
Ahí no vive ningún mortal (por ser humano -¿Los animales, las plantas, no son mortales?-).

La especie por el género:
El profesional no atiende los martes (por el contador -¿Y los médicos, los escribanos no son profesionales, atienden los martes?-).

Entrá acá para conocer los testimonios de aquellos que iniciaron procesos literarios y artísticos con Leandro Murciego


Asíndeton

Es la omisión deliberada de los nexos que coordinan dos o más proposiciones. Se utiliza en especial en enumeraciones o en las acumulaciones. La figura opuesta al asíndeton es el polisíndeton.

Ejemplo I.

  • Llamas, dolores, guerras,
    muertes, asolamientos, fieros males.
    (Fray Luis de León, “Oda VII”)

Ejemplo II.

  • Atrás quedan los días con lagos, nieves, renos,
    con volcanes adustos, con selvas hechizadas
    (Vicente Gerbasi, “Canto I”)

Polisíndeton

Consiste en la repetición de nexos coordinantes en cada uno de los elementos de una enumeración. Es la figura opuesta al asíndeton.

El uso uso repetido de conjunciones en un texto que propone el polisíndeton le aporta fuerza  o refuerza un poema o algún trabajo narrativo. De alguna manera la utilización de este recurso puede convertirse en el golpe yámbico para el texto.

Ejemplos:

  • “avanza y levanta espumas, y salta y confía.”
  • Soy un fue un será un es cansado.
    En el hoy mañana ayer junto
    pañales mortaja he quedado
    presentes sucesiones de difunto.
    (Francisco de Quevedo, “¡Ah de la vida!”)


Dos manos sobre una máquina de escribir ilustran los Servicios literarios para escritores que se ofrecen en Apalabrarte.  
(https://apalabrarte.com.ar/servicios-literarios/)


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Oxímoron

Éste recurso, junto con la paradoja y el hipérbaton, son poesía en estado puro. El oxímoron es la unión de dos palabras o frases de significado opuesto de manera contigua. De esta forma, esta nueva construcción propone un nuevo y original sentido que confronta la lógica conocida.

En la mayoría de los casos esta figura está formada por un sustantivo y un adjetivo.

Ejemplo I.
Es hielo abrasador, es fuego helado 
(Francisco de Quevedo, “Es hielo abrasador, es fuego helado”)
Se asocian objetos a sensaciones opuestas (hielo abrasadorfuego helado en vez de hielo helado fuego abrasador).

Ejemplo II.
«El grito callado»
En el primer caso, son dos palabras que parecen estar en contraposción, pero que unidas dan forma a un reclamo no dicho o silenciado por opción o imposición.

Onomatopeya

Se trata de una expresión o palabra que su sonido simula o busca imitar la acción o el sonido de un animal o de un objeto. El idioma inglés tiene muchas más palabras que el español que refieren a los sonidos de las acciones que representan (cough -toser- o sneeze -estornudar-). Aunque el español tiene menos ejemplos que la lengua de Shakespeare.

tictac (emula el sonido del reloj).
rugido (vocablo que simula el rugido del león).

Retuécano

El retruécano consiste en la contraposición entre dos frases formadas por las mismas palabras, pero con el orden invertido en la segunda, de manera que esta forma una antítesis o contraste con la primera. A veces, se considera un tipo de quiasmo (repetición cruzada de palabras o estructuras sintácticas).

  • Cuando quiero llorar, no lloro
    y a veces lloro sin querer
    (Rubén Darío, “Canción de otoño en primavera”)

Elipsis

Ésta consiste en la omisión de plabras o de expresiones, las cuales se puden inferir por el contexto.

Quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar
ir al sol por la escala luminosa de un rayo.

(Rubén Darío, “La princesa está triste”)

En el segundo y tercer verso, se omite dos veces el verbo quiere ([quiere]tener alas ligeras, bajo el cielo volar / [quiereir al sol por la escala luminosa de un rayo).

Paranomasia

Es el empleo en una misma frase de palabras con sonidos parecidos, pero distinto significado (es decir, parónimos).

Ejemplos:

  • De regreso de la cacería
    llegó al caserío.
  • El erizo se irisa, se eriza, se riza de risa(Octavio Paz, “Trabajos del poeta, V»)

Anadiplosis

La anadiplosis consiste en la repetición de una palabra al final de un verso o una frase y al comienzo del verso o la frase siguiente.

  • Todo pasa y todo queda,
    pero lo nuestro es pasar
    pasar haciendo caminos
    caminos sobre la mar.
    (Antonio Machado, Proverbios y cantares, XLIV)

Concatenación

La concatenación es el empleo de manera progresiva de la anadiplosis (repetición de una palabra al final de un verso o una frase y al comienzo del verso o la frase siguiente). Se considera una forma de gradación (ordenación de los conceptos de manera tal que indiquen algún tipo de progresión).

  • La plaza tiene una torre,
    la torre tiene un balcón,
    el balcón tiene una dama,
    la dama una blanca flor.
    (Antonio Machado, “La plaza tiene una torre”)
  • El chamariz en el chopo.
    —¿Y qué más?
    El chopo en el cielo azul.
    —¿Y qué más?
    —El cielo azul en el agua.
    —¿Y qué más?
    —El agua en la hojita nueva.
    —¿Y qué más?
    —La hojita nueva en la rosa.
    —¿Y qué más?
    La rosa en mi corazón.
    —¿Y qué más?
    ¡Mi corazón en el tuyo!
    (Juan Ramón Jiménez, “Juego”)


Tmesis

La tmesis consiste en la separación de una palabra, intercalando otra entre las dos partes, o bien ubicando una parte al final de un verso y otra al comienzo del siguiente.

  • La jeri aprenderá gonza siguiente (Quevedo, “Receta para hacer soledades en un día”)
    Entre la segunda y tercera sílaba de jerigonza se intercala aprenderá.
  • Asno blanco, verde y ama- / rillo de parras de otoño. (Juan Ramón Jiménez, El valle, IX)
    Las dos primeras sílabas de amarillo ocupan el final del primer verso y las dos últimas el comienzo del segundo ver
Leandro Murciego
Escritor, periodista y coach literario

Si te interesa saber más sobre el acto poético u otros temas vinculados con el proceso de escritura, dejame un mensaje. Me dedico a trabajar procesos creativos de novelistas, cuentistas, poetas, ensayistas, etc, crear o reformular metodologías de trabajo, y hábitos de escritura, entre otras cosas. Escribrime aquí, te espero.


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El encabalgamiento, qué es y cómo utilizarlo

El encabalgamiento es una figura literaria que se produce cuando una frase o oración se extiende a lo largo de más de un verso. Es una técnica poética que modifica el ritmo del poema y obliga al lector a seguir leyendo.

La idea de encabalgar o encaballar sugiere a una cosa que descansa o se apoya en otra. En la poesía este apoyarse o ir a caballo podría traducirse en una frase que por elección sonora (mayoritariamente) o conceptual de su autor excede la extensión de un verso. Dicho de una forma más sencilla, es una figura literaria de tipo sintáctico, que consiste en comenzar una idea o enunciado en un verso y terminarlo en el siguiente, con el fin de conservar la unidad del verso sin alterar el sentido de la métrica.

Si tenemos en cuenta que los versos cortos -que desarrollan una idea (esticomitia)- le imprimen mayor velocidad al poema el encabalgamiento -con su concatenado andar- propone un breve remanso en el texto que, según los autores, puede evidenciarse como un movimiento pendular que permite cambiar el ritmo previo a un nuevo acelerón.

Encabalgante y encabalgado

En cambio, otros escritores sostienen que -y esto tiene relación con el ritmo que trae el texto- la utilización del encabalgamiento propone una mayor velocidad y una modificación del ritmo de la obra. En ocasiones la utilización de este recurso puede generar una sensación de urgencia, tensión o puede aumentar la emoción mientras se lleva al lector de una línea a la siguiente.

La figura del encabalgamiento permite el nacimiento de dos estructuras que dan forma a este recurso: el verso encabalgante y el encabalgado. Es decir, la parte de la frase que queda en el verso que le corresponde es el encabalgante y la parte que pasa al verso siguiente es el encabalgado.

Dicen, algunos estudiosos de la poesía que -bien utilizados- las líneas encabalgadas logran despertar el interés del lector, ya que si la frase o el pensamiento no se ha completado en el salto de línea (o salto versal), la curiosidad se convierte en el gran motor del lector.

A la hora de argumentar o explicar se multiplican las posturas que avalan su aplicación o le encuentran sentidos o funciones.

Tipos de encabalgamiento

Existen diferentes maneras de llevar a cabo un encabalgamiento en la poesía. La diferencia entre unas y otras depende del criterio a utilizar y de las ventajas que cada uno de ellos ofrece para el escritor.

Cuando se habla de encabalgamiento existen dos grandes grupos, por un lado, los que están catalogados por la extensión del verso (esta distinción la creó el filólogo español Dámaso Alonso, 1898-1990) y se dividen en dos: encabalgamiento suave y abrupto. La otra tipología la aportó Antonio Quilis y ésta se base en la naturaleza lingüística de los elementos encabalgados. Así es como aparecen los encabalgamientos: léxicos, sirremáticos y oracionales.

Encabalgamiento suave

En este caso el sentido inaugurado en el primer verso se extiende en el segundo hasta el final, sin sufrir ningún tipo de interrupciones o cuando la pausa se da más allá de la quinta sílaba del verso encabalgado.

Ojo, hay que dejar en claro que el encabalgamiento puede vincular a más de dos versos, por ejemplo:

En el poema “El enamorado”, de Jorge Luis Borges (1899-1986)

Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.

Como en este fragmento de Miguel Hernández (1910-1942):

«Oye cuánto ruido; el mundo tiembla
como un abril pisoteado. Advierte
de qué manera el hombre necesita
cantar su muerte con la voz del trueno.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas…»


En el poema “Amor” de Pablo Neruda (1904-1973)

Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.

En el poema “Esta tarde” de Alfonsina Storni (1892-1938):

Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
blanda y tranquila como espeso musgo,
tiembla mi boca y mis dedos finos,
se deshacen mis trenzas poco a poco.


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Encabalgamiento abrupto

El encabalgamiento abrupto ocurre cuando el sentido del primer verso se extiende hacia el segundo, en donde se quiebra de manera repentina, por ejemplo, debido al uso de algún signo de puntuación. Por ejemplo:

En el poema “Hombre”, de Blas Otero (1916-1979)

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando…

En el poema “Los que no danzan”, de Gabriela Mistral (1889-1957)

Todo el valle está danzando
en un corro bajo el sol,
y al que no entra se le hace
tierra
, tierra el corazón.

En el poema “Autumnal”, de Rubén Darío (1867-1916)

En las pálidas tardes
yerran nubes tranquilas
en el azul; en las ardientes manos
se posan las cabezas pensativas.

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Encabalgamiento léxico

El encabalgamiento léxico consiste en la fractura de una palabra, es decir, de una unidad sintáctica habitualmente indisoluble. No es un tipo de encabalgamiento frecuente, pero en ocasiones permite iniciar el segundo verso con el fragmento de palabra, de modo tal que parezca una palabra entera y cuente con su propio sentido, entre otros efectos rítmicos y retóricos. Por ejemplo:

En el poema “Oda a la vida retirada” de Fray Luis de León

Y mientras miserable-
mente
 se están los otros abrazando
con sed insacïable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.

En el poema “Vista de Badajoz al atardecer” de Antonio Carvajal (1943-)

…del trueno y el relámpago 
del existir, vorágine de besos, 
irresistible trampa, go- 
zoso
 esplendor de ilesos  
ángeles, que no humanos, inconfesos…



Encabalgamiento sirremático

El encabalgamiento sirremático ocurre cuando la ruptura se produce en medio de un sirrema, es decir, de un conjunto de palabras que tradicionalmente se escriben juntas y sin pausas que las separen. Como pueden ser un sustantivo y el adjetivo que lo caracteriza, o un verbo y su respectivo adverbio.

Este tipo de encabalgamiento está íntimamente relacionado con el uso y las costumbres de la época, las cuales se ponen de manifiesto gracias a los constructos sociales. Por ejemplo:

En el poema “Alma música” de Nicolás Guillén (1902-1989)

Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso
 y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.

En el poema “Del pasado efímero” de Antonio Machado (1875-1939)

Y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo
 en la oquedad de su cabeza.

En el poema “España, aparta de mí este cáliz” de César Vallejo (1892-1938)

¡Niños del mundo, está
la madre 
España con su vientre a cuestas;
está nuestra madre con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Encabalgamiento oracional

El encabalgamiento oracional sucede cuando una oración adjetiva es separada en dos versos, de modo que el antecedente oracional quede en el primero y el resto de la oración en el segundo. Por ejemplo:

En el poema “Mar por la tarde” de Octavio Paz (1914-1998)

Desnudo mar, sediento mar de mares,
hondo de estrellas si de espumas alto,
prófugo blanco de prisión marina
que en estelares límites revienta

En el poema “Alfabeto del mundo” de Eugenio Montejo (1938-2008)

Dibujar el milagro de esos días
que flotan envueltos en la luz

y se desprenden en cantos de pájaros.


En síntesis, el encabalgamiento en poesía puede encontrarse en distintos tipos de poemas, como los haikus, los sonetos y el verso libre.

La poesía es un ejercicio cotidiano que no se elige, se practica y con la práctica crece. La poesía quizá sea el gesto que define, como sugiere Bolaños, la vida del escritor y sus letras. 


Leandro Murciego
Escritor, periodista y coach literario

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Qué y cómo es usa el gesto poético

El gesto poético es, quizá, una forma de pensar diferente que se puede implementar en cualquier disciplina. Este gesto, de algún modo, parece tener entre sus trampolines el de la metaforización. La base del gesto poético es, según muchos autores, la resignificación o la significación metafórica o poética de algo particular…

Pero para tratar de simplificar esto, sin lugar a dudas, convendría comenzar por definir qué es un gesto o qué entendemos por gesto. Éste se trata de un movimiento del rostro, las manos u otra parte del cuerpo que por medio de él se transmite mensajes o expresar afectos o emociones. Los gestos son formas de comunicación no verbal que pueden utilizarse en lugar del habla o junto con ella.

Ahora bien, si se entiende al gesto como una forma de comunicación mínima capaz de expresar de manera condensada un concepto, podríamos comenzar a desandar esta expresión en el campo de la poesía.

El gesto poético -entonces- podría definirse como un recurso -en ocasiones menor o de característica no formal- que explora las posibilidades y las potencialidades del cuerpo poético, por medio del cual se pueden lograr o producir nuevas formas ficcionales o escénicas.

El gesto poético y la metáfora

Éste recurso bien podría definirse como un primo hermano de la metáfora y de la comparación. Algunos poetas apelan más al gesto que a los recursos más convencionales.

En mi entender, el primer gesto poético del que se tiene referencia y al que hacemos permanentemente uso es el de recordar. Cada vez que nos vuelve a la memoria un recuerdo y, más aún, cuando lo contamos estamos experimentando un gesto poético.

Cada vez que recordamos hacemos una nueva selección del hecho sucedido, recreamos el recuerdo y le damos lugar a nuevas sensaciones. Además, de elegir las palabras que vamos a utilizar, las cargamos de sentidos. En muchos casos, originales sentidos. Digo originales como sinónimo de nuevo y no de originario (no se lea sentido primero).





Este recorte, resignificación y recreación es, a mi entender, el primer gesto poético que no forma parte de los recursos literarios convencionales, pero que bien podríamos decir que en el recorte está la génesis de la poesía o el primer atisbo de ella. 

Quiero poner luz, sobre algo que recién sugerí, los recursos literarios no convencionales. Estos gestos poéticos pueden llevar en ellos toda la carga de la poesía, que la representa y la compendia en pequeñas gotas. Casi como una esencia creada por un perfumista. Este proceso de creación y sintetización suele pasar a diario en nuestra vida y sólo hay que estar dispuesto a percibirlo y reconocerlo. Una actitud que reclama casi un pequeño acto de fe, una filosofía de vida. 


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Romper la lógica

Para escribir poesía no se requiere de grandes cosas, sin dudas, hacen falta caminar por la vida dejándose asombrar, cambiar las certezas por preguntas -no para prescindir de las respuestas, sino generar más y más posibles respuestas-.

Para escribir poesía es preciso distinguir los pequeños gestos poéticos capaces de romper con las lógicas. Con lo sabido, de algún modo, es necesario crear -no contar- un nuevo universo. Un universo que sea posible, pero a la vez original. Y en ocasiones sólo alcanza, con unir algunas palabras para dar forma a nuevas imágenes.

Como decía Federico García Lorca, ´poesía puede ser unir dos palabras. “Unir dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo nuevo, algo así como un misterio».

La poesía como gesto

Otra visión quizá más apasionante sobre el gesto poético la aporta el escritor chileno Roberto Bolaños (poeta, novelista) “la poesía es un gesto, más que un acto, que tiene mucho de adolescente, el gesto de un adolescente frágil e inerme que apuesta lo poco que tiene por algo que no se sabe muy bien que es, y que -generalmente- pierde”, según declaró en una entrevista.

Bolaños se resiste a definir la poesía, pues definirla es institucionalizarla/institucionalizarse. Definirla -según Pedro Jalid – “es volver la poesía un género literario más, y para Bolaño se trata de algo mucho mayor que eso. Si dierá, igualmente, un punto desde donde pensar al fenómeno poético: el asumir el ejercicio de la poesía como un gesto”.

El primero de los cuatro encuentros de "Poesía en 4 pasos" gira entorno a: ¿Qué es la poesía, el gesto poético y el acto poético? 

Entrá en Apalabrarte y conocé más sobre esta propuesta
El primero de los cuatro encuentros de «Poesía en 4 pasos» gira entorno a: ¿Qué es la poesía, el gesto poético y el acto poético?

Borges y Bolaños

De algún modo, Bolaños entiende que la poesía es un juego que se juega en serio, a cara de perro, a vida o muerte. Para Bolaños la poesía no es un género literario, sino más bien una forma de entender la vida. Al igual que Jorge Luis Borges, Bolaños sostiene que poeta se es de tiempo completo y que, por ende, no se trata de hacer poesía, sino -por el contrario- de no poder dejar de hacerla, de verla, de respirarla, de pensarla, de escribirla, de leerla, de decirla, de escucharla.

La poesía es un ejercicio cotidiano que no se elige, se practica y con la práctica crece. La poesía quizá sea el gesto que define, como sugiere Bolaños, la vida del escritor y sus letras. 

Por Leandro Murciego

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Espacio de creatividad

2025, Leandro Murciego
Buenos Aires,
Argentina

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Descargate Gratis «Ensamble poético» (Ebook)

«Ensamble poético» (Poesía A Mano Alzada) – Antología 2024 es una pequeña recopilación, en formato Ebook, que consta de 20 poemas que llevan la impronta de Carina Cigarrán, Carolina Bregy, Yésica Bernardou y Aldo Fernández, los cuatro poetas que terminar el primer ciclo del Mentoring Grupal Presencia de PAMA (Poesía A Mano Alzada) que se llevó adelante en el bar cultural Doble Sentido (Loyola 788, CABA).

Este pequeño libro -que está dedicado a la memoria de Paula Paterno, quien durante los primeros tiempos del Mentoring Grupal fue una de las integrantes de este colectivo de escritores- es un pequeño, pero significativo muestreo del trabajo realizado a lo largo de este 2024. La mayoría de las producciones parecen sostener un diálogo entre sí, donde lo social se convierte en uno de los ejes principales.

Objetivo cumplido

Última jornada del Taller de PAMA: C. Cigarrán, A. Fernández, C. Bregy, Y. Bernardou y L. Murciego

El Mentoring Grupal y Presencial denominado «Poesía a mano alzada» tenía como objetivo convertirse en un espacio para pensar y trabajar las letras, le escritura creativa, desarrollar los procesos de escritura, entre otras cosas.

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La idea era que cada uno del los participantes pudiera no sólo vincularse con la poesía desde su escritura, sino también hacerla propia de la mano de pensamientos y reflexiones grupales e individuales. Teniendo como idea rectora que «El escritor es más lo que piensa que lo que escribe.”

El espacio, que se fue conformando a partir de las inquietudes de cada uno de los integrantes, se fue convirtiendo en una suerte de laboratorio experimental donde los talleristas fueron por medio de la creación de textos y de la interpelación propia del proceso creativo -tanto grupal como individual- dando forma a una voz literaria.


Algunos de los trabajos que aquí se comparten son fruto de actividades pensadas especialmente para este grupo y muchas de las cuales fueron ofrecidas por los propios participantes. Sin dudas, la construcción de la voz literaria transitó de la mano de un empoderamiento tanto poético como personal, el cual encontró en el grupo un espacio de desarrollo seguro.

El proceso creativo grupal que se realizó bajo el método de Mentoring favoreció tanto el crecimiento individual como colectivo, una de las búsquedas iniciales de esta actividad.

Gracias a los cuatro jinetes que se animaron a transitar este camino y a acompañarme en la aventura: Fernández, Bregy, Cigarrán y Bernardou y a todos los que fueron aportando en los distintos momentos su participación.

Leandro Murciego

Escritor, poeta y Coach Literario.
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Antología PNU, gratis (Ebook)

PNU (Poesía de Necesidad y Urgencia) es la primera antología de poesía política realizada por el colectivo cultural Poetas Resistiendo. El material, que se editó el 23 de marzo de 2024, reúne más de cien autores que dan forma a un registro poético de época. Si querés leer más textos sociales te invito a descargarla de manera gratuita (clic acá). Si te gusta el material que encontrás en este espacio te propongo que te suscribas sin costo y a que compartas su contenido.

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Sobre mí

Leandro Murciego: Coach literario, poeta, escritor y periodista.

Soy padre, poeta, escritor, periodista, coach ontológico.
Desde 2020 me desempeño profesionalmente como Coach Literario, Mentor Creativo y  de Escritores
Publiqué  dos poemarios: «Identidad» (2014) y «Mensajes de texto» (2023). Participé en antologías literarias en Argentina, Chile, Francia y EE.UU.

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  • Resolución de conflictos específicos en las obras
  • Ruptura de bloqueos creativos
  • Acompañamiento terapéutico por medio de la literatura (con derivación de psicólogos)
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Se abrió la inscripción para el primer Mentoring Grupal y Virtual 2025: «Poesía en 4 pasos»

Arranca una propuesta ideal para los que quieren comenzar el año de una manera diferente. Si estás pensando en escribir o mejorar la musicalidad de tus textos esta propuesta es para vos. Se trata de un mentoring grupal y virtual de poesía llamado: «Poesía en 4 pasos».

Qué es y de dónde viene el Mentoring

Este sistema de aprendizaje es casi tan viejo como el mundo. Era el que utilizaba el hombre de las cavernas para transmitir los conocimientos a sus hijos. Pero quien lo inmortalizó fue Homero en su poema épico La Odisea. Allí, el autor narra la Guerra de Troya. Cuenta Homero Ulises, rey de Itaca, partió para participar en la guerra, encomendó a su amigo, Mentor, la educación de su hijo Telémaco.

La responsabilidad de Mentor era la de educar, entrenar y desarrollar al pequeño príncipe heredero con el objetivo de que pudiera convertirse en el futuro rey. Para lograr tal fin, Mentor y Telémaco emprendieron un viaje en el que el primero le ofrecía sus conocimientos y experiencias al pequeño discípulo. El recorrido, que los llevó por toda Grecia, vinculó al aprendiz y al guía, estableciendo una relación de gran confianza que se convirtió en el pilar de ese proceso de aprendizaje.

Dicho de otra forma, el mentoring es un sistema donde el mentor ofrece sus experiencias y saberes para que los discípulos y alumnos logren aprehender de esta nueva experiencia. De allí que éste proceso está compuesto de tramos: oferta de conceptos y saberes, recepción, interpelación y apropiación (hacer propio el conocimiento, de ser necesario con la modificación mediante).


Mentoring Literario Grupal y Virtual de Poesía

(Grupos reducidos, varios horarios a elección, según donde residas).

Fecha de inicio: primera semana de ENERO

Duración: 4 encuentros -uno por semana- (2 horas ⏳, cada uno).

No se requiere experiencia.

🗓️ Temas:

  • Diferencia entre poesía, acto poético y gesto poético
  • Principios básicos de la poesía
  • Relación entre poesía y música
  • El silencio, el protagonista del poema
  • Diferentes formas de trabajar el ritmo en el texto
  • El lenguaje poético (metáfora, alegoría, comparaciones, etc)
  • Habilidades para crear imágenes vívidas en la escritura.
  • Herramientas para autoedición y autocorrección
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ℹ️ Para solitar más inforción hacé clic aquí y completá el formulario

Para más información sobre el proceso o para averiguar sobre otras formas de trabajo ingresá en el item servicios literarios del menú de éste sitio o hacé clic acá.


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Pablo Montanelli y Alfredo Piro Rinaldi, en Noche de Letras 2.0

Este nuevo episodio de Noche de Letras 2.0 que tiene como protagonistas a Pablo Montanelli y Alfredo Piro Rinaldi es una de las tantas deudas pendientes que tenía este programa, que desde hace diez años se emite por Radio Trend Topic.

El encuentro fue una hermosa excusa para poder disfrutar de la alquimia artística que surge entre ambos cuando el arte los convoca. Sin dudas, la música y su amor por ella fue la que los unió. Hace un tiempo el azar, la casualidad o la causalidad los juntó y, por aquel entonces, el tango -pero también el rock- fueron los responsables de esta unión artística que supo vencer las distancias, dígase mejor: los kilómetros.

El encuentro entre ambos sucedió hace años, en el Centro Cultural de la Cooperación. Piro Rinaldi unos días antes había recibido vía mail una gacetilla de difusión sobre la presentación «El Cachivache orkesta de tango», un proyecto artístico que tenía como uno de los integrantes a Montanelli. El correo electrónico estaba acompañado de un video y fue esa pieza artística la que llamó la atención de Alfredo que por esos tiempos estaba buscando darle un nuevo giro a su carrera. La presentación de la orquesta y la performace de Pablo fueron motivos suficientes para concretar un encuentro artístico entre ambos.


Así, poco a poco, fueron estableciendo el vínculo o, mejor aún, tejiendo la unión. Desde aquel entonces, mucha agua pasó bajo el puente. Se conocieron, ensayaron, Montanelli comenzó a acompañar a Piro Rinaldi, y viceversa.

Tras ese encuentro se sucedieron las presentaciones y se multiplicaron las inquietudes. Las vueltas de la vida los alejaron. Pablo se fue a vivir a Europa y Alfredo continúo en la Argentina, pero ni la distancia ni la pandemia fueron impedimento para alimentar esa amistad.


A la distancia e impulsados por las nuevas búsquedas personales-artísticas, se embarcaron en la creación de una obra tan sólida como original: Tangótico. Ese trabajo que se tradujo en dos discos, Tangótico I y II es una invitación su música como algo que logra trascender cualquier género musical, pero que sin lugar a dudas logra conectar el alma urbana de Buenos Aires con la de cualquier ciudad del mundo que sepa tener adoquines lustrados por la luna, la lluvia o algún farol con luz mortecina.



Aquí les presento a estos dos hermosos e inquietos personajes que hacen del arte un ritual único, irrepetible y colectivo, y del tango un género musical mágico y movilizador.

Espero disfruten tanto como yo la entrevista a Pablo Montanelli y a Alfredo Piro Rinaldi.


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La página en blanco, territorio a ser conquistado (parte II)

La página en blanco, un territorio para ser conquistado (clic aquí para leer la parte I)

La magia de la poesía no es respetar las reglas, sino, más bien, subvertir. La poesía viene a crear nuevos órdenes y para ello es preciso que el poeta se arme de valor y se anime a salir a crear nuevos universos literarios. Y sin dudas, la inexplorable geografía de la página es una de las tantas áreas a conquistar por el poeta.  

El poema es una construcción cuasi arquitectónica. Por más pequeño que sea tiene una superficie (dada por la longitud de sus versos y por la extensión o duración que está marcada por el número de estrofas). Como toda construcción para ser desarrollada requiere de un territorio, una geografía, la cual podríamos llamar página.

Reconocer el terreno es menester del arquitecto para poder allí llevar adelante su obra. Ésta, en ocasiones, busca integrarse con el paisaje, mientras que en otras oportunidades lo desafía.

Tanto para una como para otra opción, el artista requiere de un estudio del suelo, ya sea para hacer pozos o nivelar la tierra.

Es decir, hacer propia la geografía para poder llevar adelante la obra. El poeta -como buen arquitecto- puede estudiar el terreno/la página en blanco para cimentar allí un gran poema.

Entonces, el escritor llamado a hacer poesía cuenta con dos herramientas fundamentales: el silencio y la musicalidad. La tercera variable -que, sin dudas, colaborará con la identidad del poema- será el uso de la página, seguramente, el territorio poético menos explorado por los autores. 

Cabe recordar que a todo poema lo precede y lo sucede el silencio. El poema viene a disrumpir la calma. Es una explosión-musical en medio de dos mudeces. Para que la poesía sea tal requiere -según Nicanor Parra y Jorge Luis Borges- musicalidad. Y la música está dada por secuencias o estructuras sonoras que se van intercalando para generar una melodía. Aquí, es decir, en la música -al igual que en la poesía- la pausa y el silencio son dos de sus protagonistas. 

Cómo usar la página en blanco

En el caso del lenguaje poético las pausas están dados por el uso de los signos de puntuación (la coma, el punto y coma, el punto, los dos puntos, los tres puntos), los saltos versales, los saltos de estrofas y la ubicación del verso en la página.

La página en blanco es una  inexplorable geografía a conquistar por el poeta

Vale aclarar que la gramática en la poesía varía. De tal manera que muchos autores prefieren escindir tanto de los puntos suspensivos como de los puntos y comas. La argumentación, en esos casos, es que esos recursos gramaticales son reemplazados tanto por los saltos versales como por las separaciones de las estrofas. 

Cada uno de ellos aporta un tipo de pausa diferente -las cuales varían en su duración-, ahora bien.

Tan sólo para ensayar un juego de equivalencias podría intentar hacer una suerte de escalafón:

1°, El salto versal a medio silencio (pero puede combinarse tanto con la coma como con el punto)
2°, La coma equivaldría a un silencio
3°, El punto, a dos silencios.
4°, El salto de estrofa equivaldría a uno (también se puede combinar tanto con la coma como con el punto).

¿Se leé diferente el verso con sangría?

Ahora, bien aquí surge una pregunta, ¿teniendo en cuenta a la página como territorio, será lo mismo un verso que comienza en el margen que aquel que nace entrando o promediando la línea? 

La página en blanco es una  inexplorable geografía a conquistar por el poeta

Este tipo de verso debería tener una pausa mayor, ya que el punto de inicio del texto no sólo sirve para reafirmar tanto lvisual como lo conceptualmente una palabra o una frase, sino también para establecer un decir distinto. Allí, el silencio toma un mayor protagonismo. Es decir, el género poético cuenta con una gramática propia, extraña al resto de la literatura. 

Si tenemos en cuenta a la página en blanco como un escenario a explorar, también se puede pensar en diferentes propuestas en las que el decir poético llega de la mano de las construcciones de formas o de ubicaciones, entre otras variables.

En este juego de apropiación del espacio se pueden imaginar textos que imiten formas humanas, de objetos o de símbolos. También se pueden hacer dialogar estrofas enfrentándolas entre sí. Escribir poemas circulares o espiralados o laberínticos. Hacer que el texto tome cuerpo de que aquello que dice, que se haga lo que sostiene. Es decir, que sea lo dice que es. 

La hoja en blanco es una invitación a dar un paso más en el manejo del texto, en el decir poético. Sin dudas, La elección espacial puede aportarle nuevos o más ricos significados tanto a las palabras como a los versos.

El síndrome de la página en blanco


Muchos autores a la hora de enfrentarse a una página o en blanco comienzan a sentir angustia, ahogo y, algunos, arriesgan a decir que se encuentran frente al temido síndrome de la página en blanco o bloqueo de escritura.

Lo cierto es que en la mayoría de los casos sólo se trata de un conjunto de síntomas (entre los que se destacan: malestar, miedo, ansiedad, etc), pero lejos está de encontrarse al temido bloqueo literario. Los que saben, sostienen que estas manifestaciones pueden deberse a una combinación de factores como la presión por la entrega de un material, la autoexigencia (el perfeccionismo), el cansancio, el miedo al error y la falta de lectura, entre muchas posibilidades.

En muchas ocasiones esto se debe a que las personas subestiman la tarea del escritor y no prescinden tanto de hábitos creativos como de metodología de trabajo. Otro factor que colabora con la pérdida de ideas es tanto la falta de lecturas como de conocimiento de su proceso creativo.

Cómo superar la parálisis creativa

Sin dudas, para superar el estado de parálisis creativa se pueden probar algunos consejos como que en muchos casos suelen venir de la mano de una disciplina conocida como “Escritura creativa”. Por medio de ella se pueden realizar algunos ejercicios que inviten tanto a estimular el desarrollo de las ideas como a perder el miedo por ese territorio inexplorado llamado página en blanco o territorio virgen o libre. 




Ahora bien, el «síndrome de la página en blanco» o bloqueo creativo es una manifestación que puede afectar a los escritores (sobre todo a los principiantes) en diferentes momentos de la vida y suele estar generado por varios motivos.

La duración puede ser cuestión de horas, días, semanas y hasta meses. En muchos casos, motivos tales como la depresión y las situaciones de estrés suelen ser instigadores del tan temido síndrome. El primero en ponerlo en palabras fue el psicoanalista alemán Edmund Bergler, en 1947. A diferencia de lo que muchos creen esto no es exclusivo de escritores, sino que suele a atacar a las personas que están vinculadas con la creatividad y con el arte. Entre sus víctimas se encuentran, también, escultores, pintores, diseñadores, dramaturgos, etc.

Tres años más tarde, Bergler lo convirtió en un tema de estudio, siendo este el eje de su obra The writer and psychoanalisis.

Cómo evitar el síndrome de la página en blanco

Entre las propuestas que, por lo general, se ofrecen para romper con el «Síndrome de la página en blanco» se destacan:

  • Escribir a mano
  • Establecer una rutina de escritura
  • Mantener las expectativas en un nivel realista
  • Organizar mejor el tiempo
  • Preparar el espacio de escritura

Escribir a mano

Escribir a mano estimula más el cerebro que si para hacerlo se utiliza un teclado o una pantalla, ya que involucra áreas relacionadas con la memoria, la coordinación motora fina y la percepción visual. Es por eso que los científicos y los neurólogos recomiendan no sólo sostener el hábito de la escritura manual, sino que además instan a hacerlo con letra cursiva.

Ésta metodología de escritura ofrece una gran cantidad de beneficios entre los que se destacan: mejorar la memoria, prevenir el deterioro cognitivo, mejorar la capacidad de lectura y de escritura, favorece la creatividad y el pensamiento crítico. Además, mejora la organización espacial y la coordinación ojo-mano (visomotora). Otra de las bondades que otorga es una mayor conexión personal. 

En la República Argentina, un estudio realizado por la Universidad de San Andrés sostiene que la escritura a mano no sólo que aumenta la creatividad, sino que colabora con el desarrollo de la inteligencia cerebral. 

Además, escribir a mano permite adentrarse en los pensamientos y emociones, lo que puede resultar fundamental para el bienestar psicofísico y el crecimiento personal.
Por último, escribir a mano ayuda a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades de deterioro cognitivo, como el alzhéimer o la demencia senil.  

Para concluir, la página en blanco, en ocasiones invita a la pausa. Y la pausa es, por sobre todas las cosas, un gesto poético que viene a interpelar al sistema, de allí su gran importancia en el quehacer del poeta.

Por Leandro Murciego

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“La página en blanco es un territorio a ser conquistado”

Por Leandro Murciego

Para muchos autores, a la hora del silencio literario -la pausa de escritura o la falta de la inspiración-, la página en blanco se convierte en uno de los mayores cucos. Su simple presencia aviva los más diversos fantasmas que le abren el paso a los tan temidos «juicios de valores». De allí, que una gran cantidad de artistas busquen escaparle a ese conflicto, sin ver que en él se encuentra uno de los mayores trampolines para repensar y transformar el texto. O, dicho de otra manera, la posibilidad de hacer de ese texto una obra artística. Es por ello que la página en blanco es un territorio a ser conquistado por el poeta.

Según algunos autores, la página en blanco es un espacio donde habitan: el silencio, los fantasmas, los miedos. Dicen que el miedo a lo desconocido es una de las respuestas más naturales del ser humano. Y que el miedo, es una reacción -que compartimos con los animales- que nos ayuda a sobrevivir. 

Foto de miedo (fuente Freepik.es)

Arranquemos por lo más sencillo, es decir, la definición de la página en blanco. Ésta es un tipo de papel “sin patrones (aparentes)”, líneas ni colores preexistentes. Este tipo de hoja suele ofrecer más libertades a quien la aborda, pero -a la vez- menos normas. Esta fórmula para muchas personas suele convertirse en un inconveniente complejo, que podría definirse como la “libertad que ahoga”. Pero quiero volver a  la sentencia “sin patrones aparentes”, este tipo de página tiene una norma, tan clara como potente: la superficie (es decir, sus dimensiones). Ésta se convierte en la posibilidad y, al mismo tiempo, en el límite. Es decir, donde comienza la página, donde amanece la hoja, nacen todas las posibilidades, pero a la vez ese mismo marco que invita a la creación es el que se convierte en el propio límite de la misma. 

La página en blanco como problema

Hay que aclarar que página en blanco se presenta como un inconveniente u obstáculo cuando el artista carece del impulso de la escritura. En los momentos en que las personas se encuentran “en vena” (es decir, que cuentan con la “inspiración”, la idea o el deseo de llevar adelante la labor de la escritura -tema para otra charla, capítulo o artículo-) jamás la página en blanco se presenta como un obstáculo, un impedimento o un espacio intimidante capaz de generar los más diversos miedos. 

Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el miedo es “la angustia por un riesgo o daño real o imaginario”. Otra acepción, que ofrece la institución -fundada en 1713- que vela por la lengua española, es que se trata de un “recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”. 

Algunos especialistas explican que el cerebro humano a la hora de enfrentarse a algo nuevo recurre a experiencias pasadas para saber cómo operar ante ellas. Pero, en ocasiones, cuando se trata de algo desconocido, le es imposible encontrar pistas que le sirvan por lo que se genera una sensación de temor y ansiedad.

En mi experiencia -fruto del trabajo realizado con una gran cantidad de autores, por medio de los procesos de coaching literarios o mentoring para escritores,-, algunos artistas encuentran en la página en blanco un oscuro abismo que los confronta con un -temido- sentimiento de vacío (también llamado -por los psicólogos- vacío existencial). Este sentir -más común de lo que creemos- suele venir de la mano de la pérdida de la motivación y del interés (lo que para muchos autores se traduce en el miedo al bloqueo creativo). 

Otra de las sensaciones que llegan con el “vacío” o “vacío existencial” es el de “sentir o creer que no se tiene nada adentro”. Sin duda, se trata de un sentimiento negativo asociado frecuentemente con el sufrimiento y el conflicto. 

¿El conflicto es un problema? 

En mi entender, el problema no es el conflicto, sino la forma y la predisposición con la que se lo aborda. Este puede ser angustioso, pero también puede ser vivido como una oportunidad para conocerse o para probar nuevas formas de resolución. Esta última opción, sin lugar a dudas, permitirá descubrir nuevos modos o posibles abordajes que traerán experiencias  nunca antes vividas. Sin lugar a dudas, elegir este camino permitirá forjar una nueva arista de nuestra identidad artística.

Si unimos las afirmaciones antes mencionadas, tomando como punto de partida el proceso literario y a la página en blanco como centro de análisis, podríamos darle forma a una suerte de definición, que -quizá- ayudaría a comprender uno de los tantos efectos que causa este escenario a una gran cantidad de escritores. 

La página en blanco puede presentarse como una angustia o un riesgo imaginario o, bien, como el fantasma de o temor de enfrentarse a lo desconocido. Para algunos autores la página en blanco es sinónimo o manifestación concreta del llamado bloqueo creativo o de escritura.

Pero lo cierto es que la página en blanco es sólo eso: un territorio libre para ser conquistado por el poeta. 

Ésta, sin dudas, puede convertirse en una gran aliada de quien escribe. Allí las palabras y los versos pueden tomar cuerpo, destacarse o intentar perderse entre sus propios pares.



Pero la página en blanco invita a que los autores puedan disfrutar de ella como los niños lo hacen en la plaza. Allí el límite es casi propio. Para el poeta, en la página todo está permitido. No existe una norma preexistente. Cada cual, como en el Anton Pirulero, podrá tratar de dar forma a su juego. Sólo se requiere: originalidad, ganas de divertirse-jugar (pero en serio) y audacia para crear un universo propio.

Este último punto quizá sea el más importante. La página en blanco, permite al autor crear un territorio con normas propias, las cuales deberían ser claras y constantes. Es función del artista crear el juego y dejar a la luz la regla o las normas. De no suceder así para los lectores, ese juego se convertirá en ininteligible. Un trabalenguas reservado sólo para pocos. 

La página en blanco ofrece una gran cantidad de posibilidades, las cuales irán variando según la capacidad de juego del artista y del pacto que esté dispuesto a realizar con el lector. 

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Mentoring Grupal y Virtual (2024): «Poesía en 4 pasos»

Sumate en el Mentoring Grupal "Poesía en 4 pasos", un espacio pensado para pensar la escritura e invitar a producir textos poéticos.

Si estás pensando en escribir o mejorar la musicalidad de tus textos esta propuesta es para vos. Se trata de un mentoring grupal y virtual de poesía llamado: «Poesía en 4 pasos».

Qué es y de dónde viene el Mentoring

Este sistema de aprendizaje es casi tan viejo como el mundo. Era el que utilizaba el hombre de las cavernas para transmitir los conocimientos a sus hijos. Pero quien lo inmortalizó fue Homero en su poema épico La Odisea. Allí, el autor narra la Guerra de Troya. Cuenta Homero Ulises, rey de Itaca, partió para participar en la guerra, encomendó a su amigo, Mentor, la educación de su hijo Telémaco.

La responsabilidad de Mentor era la de educar, entrenar y desarrollar al pequeño príncipe heredero con el objetivo de que pudiera convertirse en el futuro rey. Para lograr tal fin, Mentor y Telémaco emprendieron un viaje en el que el primero le ofrecía sus conocimientos y experiencias al pequeño discípulo. El recorrido, que los llevó por toda Grecia, vinculó al aprendiz y al guía, estableciendo una relación de gran confianza que se convirtió en el pilar de ese proceso de aprendizaje.

Dicho de otra forma, el mentoring es un sistema donde el mentor ofrece sus experiencias y saberes para que los discípulos y alumnos logren aprehender de esta nueva experiencia. De allí que éste proceso está compuesto de tramos: oferta de conceptos y saberes, recepción, interpelación y apropiación (hacer propio el conocimiento, de ser necesario con la modificación mediante).

Poesía en 4 pasos

Estos encuentros, pensados para amantes de la poesía, buscan convertirse en la invitación a trabajar el proceso creativo, personal y artístico, no sólo adquiriendo nuevas herramientas, sino también desarrollando el pensamiento vinculado con el quehacer poético/literario.

Para formar parte de «Poesía en 4 pasos» no se requiere experiencia; sí, interés y ganas de participar. Los encuentros invitarán a la realización de textos (individuales o grupales) y, durante las cuatro jornadas, se procurará la retroalimentación constructiva entre estudiantes/mentees/escritores e instructor/poeta.

Las dos primeras jornadas tendrán una mayor carga teórica conceptual, mientras que las dos restantes presentarán tanto material formativo como espacios de trabajo grupales, pensados para llevar a la práctica aquello que se expuso durante todo el proceso.

​Temás de trabajo

  • Diferencia entre poesía, acto poético y gesto poético
  • Principios básicos de la poesía
  • Relación entre la poesía y la música 
  • El silencio, uno de los protagonistas del poema
  • Diferentes herramientas para trabajar el ritmo en el poema
  • El lenguaje poético (metáfora, alegoría, comparaciones y gestos poéticos).
  • Habilidades para crear imágenes vívidas en la escritura.
  • Herramientas para autoedición y autocorrección

Para conocer días, horarios y aranceles hacé clic banner que está aquí debajo e inscribite o ingresá en contactos y mandame un comentario o mensajito.


Si querés saber más, mirá este video de Instagram, donde te explico un poco más.

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«La Guacha», una revista literaria con casi 30 años de vida

En estos tiempos, donde lo urgente parece ganarle a lo necesario, sostener un proyecto por casi treinta años resulta casi inadmisible. «La Guacha» es -sin dudas- la revista literaria que parece haber encontrado el secreto de la permanencia. La publicación, que está dirigida, desde su creación, por Javier Magistris y Claudio LoMenzo no ocultan la clave del éxito: el amor por las letras, en especial la poesía.



Este nuevo episodio de Noche de Letras 2.0, que -desde hace 10 años- se emite por Radio Trend Topic gira alrededor de los amores, la militancia y las convicciones. No te pierdas esta ocasión para no sólo descubrir la chispa que aún mantiene la flama de este proyecto tanto en Claudio como en Javier. Además, de regalo un poema de LoMenzo y mío, como para no perder la costumbre.




Una noche

El río miró de reojo.

La noche no tenía nadie a la vista,

por eso bajamos por el barranco

desprovistos de fracasos y de alcohol.

Los cuerpos fueron más que nosotros.

Buscando lo húmedo con paciencia

hicieron de lo desconocido un recurso

y del placer una estrategia incómoda.

Pero la luna se distrajo.

El infierno es ahora, dije.

Hasta es posible que acá nos maten, dijiste.

Los labios enrojecidos se separaron

y partimos sabiendo que la muerte había sucedido.

Claudio LoMenzo

(de “Ciudad del Presente”. “Ediciones del Dock”, Bs. As. Argentina. 2018)



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Selección de poemas de «Identidad»

Aquí comparto alguno de los poemas de «Identidad», el primero de mis poemarios, que nació en 2014. Ahora que los leo encuentro, felizmente, una voz poética distante y pobre. Digo felizmente, porque -sin dudas- crecí y lo noto no sólo en las temáticas, sino también las formas. Comparto aquí algunos textos de un libro que quiero, que miro con ternura, pero que me quedó viejo.

Identidad, de Leandro Murciego
Identidad, de Leandro Murciego

  …“Somos todo aquello que elegimos,
lo que desechamos, lo que recordamos
y hasta lo que arrojamos al olvido.
Todos los ´Antes- Pasados´,
la memoria colectiva, las decisiones que tomamos
y aquellas que están en lista de espera.
Somos todos, desde aquellos que amamos
hasta los que odiamos… “

Leandro Murciego
(Damero)


Hijo de algún Buendía
yo nací en Macondo,
a la hora de la siesta,
en la decimonovena línea
de la página cuatro.

Cuando la esquina se pintaba de naranja
y el sol se filtraba por las hendijas
de la persiana del comedor.

Creo que tenía quince años.
Buscaba aún el mar esmeralda
y creía en esos milagros paganos;
que todos llamaban magia. 

Crecí de golpe,
en unas cuantas tardes.

Luego de algunas páginas
perdí la ingenuidad y comprendí
que no todo Buendía…
tiene siempre un buen final.  

(Nací en Macondo)


Se viene la lluvia
siento la humedad
en cada uno de mis 206 huesos, 
en la cara y seca de mi lengua,
en la vereda de enfrente, 
de mi manzana original
y hasta en el envés de mis heridas. 

Se viene la lluvia 
me lo dice la palma de tu cuerpo 
y trae una tormenta de recuerdos;
viejos cuadros ganados al olvido.

(Memoria)


Reír a chaparrones,
a océanos, a ríos,  
a cataratas y a desiertos,
hacerlo sólo y acompañado
con una y por todas.


Reír por todas las veces en las que lloramos
a mares, a médanos, a playas de estacionamiento;
a caracolas, a aguasvivas y a aguas-muertas…

Por todas las veces que descosidamente
lloramos a corazón partido,
a lágrima suelta a moco tendido.

Reír desde la noche hasta la aurora
y sentirte hiena por un momento y hacerlo sin culpas…

Reír hasta que se caigan los dientes,
hasta que broten las lágrimas,
hasta que los riñones digan basta,
hasta que el intestino delgado se haga grueso;
y dejar que se propague por el cuerpo.


Reír con razón y sin ella,
por causa y por efecto.

Hacerlo de pantalones cortos y al oído,
de pantalones largos y a los gritos
(o de anorac y al teléfono).


Reír en nombre del padre, del hijo,
del espíritu y del santo;
reír por todos los santos, por todos los niños,
por cada una de las vírgenes y por las putas,
(en especial por ellas) y por nosotros
(que no somos tan distintos).

Reír por los días hábiles y por los otros,
hacerlo a dos manos, a cuatro vientos,
a siete mares y dejar que nos asesine la risa,
que lo haga a quemarropa, a mansalva,
que nos ejecute fríamente…


Morir de risa y seguir riendo hasta parirnos
porque vivir no es más que eso. 

(Morir y parirse riendo)

Damero, poema de Leandro Murciego, que forma parte del libro Identidad, que editó Por el ojo de la aguja.

Primero fuiste vos la que llenó
todo pero todo, de vacío;
en noches de otros días, uno a uno,
se fueron exiliando nuestros sueños;
más tarde migraron en bandada los recuerdos.
Y ahora ya sin anclas y sin lastre,
estoy listo para empezar;
otra vez todo de nuevo.

(Ciclo cumplido)


En el gris y semioscuro pasillo
que vincula la vigilia con el sueño
sobreviene –desordenadamente- el pasado,
las huellas que dejaron tus caricias,
el eco agobiante de tus besos,
aquello que quise y no ha llegado.

Como un malón enfurecido,
entre gritos y nubes de polvo,
me va robando de a puñados la noche,
me va sembrando un vacío mi pecho
e imperceptiblemente mina de filosos
y oxidados segunderos, la accidentada geografía
del que hasta ayer fue nuestro nido.

(Insomnio)



Los olvidos
son las esquinas,
los pliegues
y las arrugas
de la memoria
que vamos sumando,
mientras nos desvivimos
un poco cada día.


(Esquinas)

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Selección de «Mensajes de texto» de Leandro Murciego


«Mensajes de texto» nació como una promesa realizada hace nueve años.

Hoy, finalmente, ve la luz con un claro objetivo: cumplir con la palabra.

Todos los títulos de los poemas se encuentran al final de cada uno de ellos. La finalidad es que cada lector pueda construir su propio concepto, sin la influencia previa de quien escribe estos versos.

Leandro Murciego

María Lanese (prologista)


Prólogo

Sin dudas, como el autor lo anuncia en el título, se trata de mensajes. Es lo que en cada poema subyace, como andadura y sostén, la existencia de un emisor y un receptor. Esos mensajes, de a ratos, toman la forma de un monólogo mantenido con un amor ausente o consigo mismo; se sostienen con la reserva propia de esas conversaciones, ofreciendo el espacio imprescindible que se requiere para poner a prueba nuestras propias ideas y emociones.
A la conversación —ese precioso arte efímero— la van componiendo textos de carácter íntimo que, como el mensaje, exige al menos dos: el que habla y el que escucha. En este libro encontramos que el propósito es que los que escuchen sean al menos tres: el otro ausente que hace presencia en el recuerdo, en el reproche, en la protesta; el poeta, atento a los efectos de sus reflexiones, en procura de palabras que moldeen su intención, y cada lector que se disponga a recibir este ida y vuelta incesante de palabras, experiencias y emociones.
Este ida y vuelta, caracterizado por la sencillez y por la transparencia del lenguaje —lograda a través de la reelaboración del habla cotidiana—, consigue expresar una sensibilización de la palabra en aquellos tramos donde el poema alude al amor. Es ahí donde el deseo se realiza en ella, donde el cuerpo hace memoria. Otros poemas breves interrogan, sintetizan admirablemente una multitud de experiencias vividas y, a modo de los aforismos, intentan dejar sentado algún principio o un pensamiento profundo —resumido brevemente y con estilo— expresado en forma coherente, sucinta, en pocas palabras, siempre matizado con un ligero golpe de ingenio.
El amor, sus lazos ineludibles con el tiempo, con el olvido, con la nostalgia, con el dolor por la ausencia; sus marcas que perduran, que perturban, conmueven, opacan o iluminan nuestra razón son temas vitales para todo ser humano. Dichos tópicos dan contenido a estos mensajes, que se ofrecen al lector para que encuentre afinidad entre su experiencia y los versos, para establecer contacto con una obra con la que se vincule afectivamente y que lo ponga en comunicación con el autor y consigo mismo.

María Lanese
(Escritora y gestora cultural)


Selección de poemas del libro


Los olvidos del olvido
dan forma a la memoria.
Son sus esquinas,
sus pliegues,
las arrugas.


Memorandum



Me sacaste de los agostos
perpetuados en el pecho,
de tormentas de ayeres
que llevaban siempre a ningún lado,
de turbulentos aquelarres de azufre y astracán,
de las noches que nacían al llegar a casa
y asfixiaban hasta oscurecer todas las mañanas;
de los octubres otoñales
que tenía encarnados bajo las uñas
después de haber escarbado,
de punta a punta, el jardín,
en busca de algún mísero recuerdo
que me permitiera hacer
una proposición válida para el axioma
que me dice que tenía que empezar a olvidar.


Teoría de los malos recuerdos



¿Cuántos espacios nos quedan detrás de estos
puntos suspensivos?

¿Cuántos nuevos intentos habrá de versos fallidos
antes de que tu final marque un nuevo principio?


Dudas


Cuando amanecí
se me estaba haciendo junio diciembre.
Un rato después, y a pesar de los pesares,
ya primavereaba de nuevo.

Extemporáneo


Sesenta puñaladas caben en un minuto,
un poco de arena en la garganta
y dos rías, una por lado, que añoran volver al mar.


Congoja


El amor no viene.
Hay que ir a buscarlo,
mirarlo a los ojos,
tomarlo de la mano,
sacarlo a pasear
y decirle te amo.


Instrucciones para amar


Los escritores son sólo intérpretes
de una trama siempre ajena
que los lectores van llenando de contenido.


El revés de la trama



Hay más escorpiones de los que deseamos.
Dejen de sacrificar ranas.
Aprendan a nadar
o mátense solos.


Principio ideológico


Para soñar
no me hacen falta sábanas egipcias
de cuatrocientos hilos.

Sólo necesito uno para hacer equilibrio
entre tu mirada y la mía.


Principio básico para un funambulista


Este beso profundo,
este contrato de ciego
que no me deja abrir los ojos,
que te recorre a yema viva,
lentamente, hasta completar las huellas
de mis dedos,
a veces, escribe tu nombre.
a veces, la palabra amor,
otras, deseo.


A tientas



Vamos a sangrar todo
lo que la cuenta pida,
y más también.


Las gotas nunca
deben ser numeradas.

Tenemos que aprender a llorar mares,
a aflojar las muelas de la risa
y a gritar hasta cambiar la voz.
No es justa la medida.

La norma, siempre, ahoga,
hasta con bandera celeste.
Que nadie nos prohíba los baños.
El mar no es exclusivo de las caracolas.

Los bancos de arena
tienen enterrados tesoros,
más allá de la rompiente.

Diáfanos y repetidos sueños
que nunca fueron cumplidos.


Sueño de piratas




El viento, el tren y la luna.
Todas, pero todas las palabras
—desde que naciste—
traen a mí tu nombre.

Eva

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Bebe Ponti presentó: «Memorias de poetas y canciones»

Adolfo Marino Ponti «El Bebe», el poeta de Quimilí (Santiago del Estero) pasó por Noche de Letras 2.0 para compartirnos sus historias de poetas y canciones. Para él este trabajo es un homenaje a esas canciones y escritores que «con sus obras nos fueron fechando la vida».


Para Bebe, la función del cantautor puede llegar a desaparecer en manos de la Inteligencia Artificial. Escuchá esta entrevista donde nos regaló textos de su última obra y poemas de «Luz de azafrán» y algunos inéditos.

Dos palabras en la noche
pueden juntarse como dos alas, 
asesinarse como dos grillos, 
unirse como dos partes, 
caer de la boca a los pies
y del sexo a las entrañas, 
germinar como semilla. 

Dos palabras fusilan la soledad, 
llueven, saltan por el aire, 
sepultan el dolor, chillan, 
abren las ventanas/ vuelan
y se juntan en un solo ángel.

Dos palabras para no morirse.

DOS PALABRAS EN LA NOCHE 

Adolfo Marino Ponti



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Murciego, Costilla y Tisocco (Palabras de poeta)

El texto editorial que abre el número 18 de la Revista Palabras de POETA sostiene que la palabra -en la Argentina- se está convirtiendo en un andrajo y que el vaciamiento de contenido de ella está impulsada -en gran medida- por diferentes sectores de poder. Ante todos ellos la poesía se levanta como un espacio de resistencia de valores. En este posteo les comparto no sólo el editorial del último número de esta publicación, sino además también los tres poemas míos que me publicaron allí.


Editorial

Por estos días, en nuestra patria, la Palabra es un andrajo. Devastada
por los mercaderes de la pobreza, por los mercenarios
de la política y de la (in)comunicación, que la han devaluado a
extremos imposibles.
Frente a ellos la Poesía. Con nosotros de pie.
Palabras de POETA nació libre y plural. Llevamos casi nueve años
y 18 números recogiendo la voz de poetas de todas partes. Poetas
de las más diversas ideologías, prestigio y experiencia, multiplicidad
de voces haciendo posible un mundo mejor.
Por eso estas palabras.
Los poetas somos una pregunta, la razón y el corazón para acometer
contra la injusticia, para soñar despiertos con una sociedad
más justa e igualitaria.
La poesía en los ojos del pez, del niño y el asombro, de la mujer
que abre caminos infinitos, desenmascarando al traidor, a los
especuladores del oprobio, a los que nos mienten después de
hacer promesas y aquelarres, las orgías del gusano en la tumba
de un pobre.
Nos podemos equivocar (y muchas veces) pero no somos cómplices
de la maldad y el engaño.
Por eso estas palabras.
Palabras como soles. Palabras indomables. Palabras en el borde
del camino. Palabras en las puertas de las fábricas. Palabras en
la universidad. Palabras desnudas. Palabras en las Madres de la
Vida. Palabras relámpagos. Palabras trueno.
Palabras dirigidas a un poder político que está destruyendo y
desfinanciando los lugares destinados a construir la autonomía
de un pensamiento crítico, ciencia o identidad cultural.
Telam, el Inadi, el Incaa, el Instituto de Teatro y el de música, la
Universidad pública y la de las Madres, el Conicet, Radio Nacional,
la Biblioteca Nacional, CONADI y tantos otros son ejemplos
de lo que nos está pasando.

Quiero que sea pretenciosa;
que abrace un sueño,
una causa; que resista.

Quiero que sea mantel
para los laburantes;
que se reescriba en los márgenes
-de las carpetas, de la literatura-,
en las periferias-.

Quiero que se grabe en los baños,
que anhele ser tatuaje, grito, reclamo.
Que sea farolera,
que tropiece, que se caiga y se levante,
que cruce las barreras, que se haga barricada;
que se multiplique, se lea de corrido;
se aprenda, pero no se enseñe.

Quiero que se pinte en las paredes;
que se mente en los andamios;
que se use de brindis;
que irrumpa en las bibliotecas;
que se infiltre en las escuelas.

Quiero.
Quiero con fuerza
-sin por qué y con todos ellos-
que sea ella;
que no mendigue afecto;
que se entregue a todos y todas;
que sea fácil
como la tabla del cero;
que sea amor.
Nunca odio.

Quiero que explote
en las dependencias,
en la boca del estómago,
en el pecho,
en las iglesias
-del primer mundo y del segundo-.
Que se cante en las villas,
en las tribunas
de casi todas las canchas.

Que se tire a quemarropa,
por convicción o despecho.
Quiero que provoque;
que sea generosa,
popular y nacional;
que no sea partido;
que sea movimiento,
marcha, vino y choripán.
Que aprenda hacer la fila del colectivo;
que viaje parada en hora pico;
que ceda el asiento, la metáfora
pero nunca, el concepto.

Quiero que mi poesía
se refugie en el fondo
de las carteras, las mochilas y los bolsillos.
“Quiero lanzarla a volar como mariposas”.
Quiero todo esto,
pero me conformo
con que pueda,
tan solo, mirarte
en silencio a los ojos.

Leandro Murciego
“ASPIRACIÓN POÉTICA”
(Inédito)

Sabe Dios que hay un verso
que aún no me será revelado.

Faltan:
letras,
tiempo,
errores,
sufrires.

Ya probé sin suerte
por los textos de amor,
supe tirar de ambos lados esa moneda.
Me destiné a los íntimos
con visos filosóficos.

Y nada.

Me entregué
a la poesía a mano alzada.
Escribí elevando el puño
sobre la piel de las nubes.

Y tampoco.

Aprendí de las madres
a no ceder.
Bajé al cordón.
Me rondé.
Me marché.
Volví a las plazas.
Y disparé metáforas
-como ráfagas de metralla-.

Y menos…

Acabo de dejar las diatribas.
Abandoné la pretenciosa aspiración
de abonar la revolución.

Todavía
tengo que peregrinar la poesía
hacer de las palabras afiladas espinas
y descubrir cuál de todas es mi cruz.
Me espera la crucifixión,
la muerte y la resurrección.

Leandro Murciego
“PASCUA”
(Inédito)

Sopló viento.
Los árboles se hincaron
a su paso.
Las ventanas
tiritaron de miedo.

Se rajó el cielo.
Tronó como el vidrio
que se resiste
a su destino de añico.

Lloró con la angustia
y la furia de aquel
que, por azar
o descuido de Dios,
se anotició de su último infortunio.

Ríos desesperados de lágrimas
corrieron perdidos,
como niño que se sabe solo
en medio de tanta ciudad.

Se multiplicó la basura y la miseria.
Flotaron los cuerpos sin nombre
en busca de su única morada
-la final-.

De repente, silencio.
Todo devino en calma.
En extraña e inquietante calma,
como la de los cementerios
un rato antes de la primera hora.

En un púlpito alto,
y sin poner sus pies en el suelo,
un pastor le decía a su rebaño
-de leones yeso-
que aceptara dócilmente la muerte,
que sus sagradas escrituras
presagiaban la ahora anhelada pax.

Leandro Murciego
“MALDITA PROVIDENCIA”
(Inédito – publicado en la revista Palabas de POETA)


«UN REFUGIO»

¿En qué rincón
aguarda reunir sus astillas
fundirse en su luz
nuestra alma
presa en este insomnio de colores?
No se mueve el misterio
si nuestros pies
no impulsan el infinito hacia el camino
tu sed es una laguna
que espeja tu anhelo más profundo
de esa hondura nacerá tu voz
el amor que se estira en los brazos de tu madre
la tarde en que te harán dichoso
el conocimiento de tu muerte
la madera que canta mientras la luz lunar
chispea sobre las sombras
tus días tendrán la música
las aguas aéreas de tu alma
prometieron un amanecer de favores
el don de lo que permanece
lo no hundido en el polvo repetido de la vida
tendrás que aprender a mirar
recogerás un día
la ponzoña que destruye la máscara
de aquello que creíste ver.

Aníbal Costilla



No hacen el amor
no creen en el amor
o se resignaron
solo toman de la bestia
el duro goce
el néctar salino y espeso
del éxtasis y el embrujo
que da la juventud.
La bestia
también toma de ellos
y sacia así su hambre
la sed.

Gustavo Tisocco
(de Boca Grande, 2024)


En el N°18 de la Revista Palabras de POETA están las letras de Gustavo Tisocco, Aníbal Costilla, Diego E. Suárez, Floriano Martins, Luisa Futoransky, Eduardo Romano, Aldo Parfeniuk, Ana María Pedernera, Sergio Morán, Rafael Courtoisie, Alejandra Bosch, Pablo Dumit, Dardo Gabriel Passadore, Federico Tomás Torres, Antonella Mazzitello, Analía de la Fuente, Adriana Luna, Eduardo Moga, Liliana Mundani García, Mabel Sierra Karst, Julio Luis Gómez, María Isabel Saavedra, Yolanda Castaño, Raúl Tamargo, Víctor Alejandro Aybar, Francisco Barrionuevo Sapunar y Umberto Piersanti.

Aquellos que quieran suscribirse a la revista o adquirir éste u otro número puede hacerlo contactándose con palabrasdepoeta1@gmail.com o comunicándose por el 0351 5314139 (Córdoba, Argentina).

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Rubén Macías, un poeta social (podcast)

Hacé clic en la imagen para reproducir el video.

Rubén Macías es un poeta mexicano oriundo de la ciudad de Juárez. Es integrante del colectivo José Revueltas, de esa localidad. El autor, que recientemente tuvo un paso por la ciudad de Buenos Aires, se define como un artista urbano, que está atravesado por las cuestiones sociales.

La poesía es un camino constante

Tanto Rubén, como su hermano (Carlos -ambos poetas-) llegaron a la poesía de la mano del death metal y del rock. Para nuestro invitado la música les salvó la vida. «El subcomandante Marcos decía que vivir entre la vida y la muerte es un camino constante. Él sostenía que debíamos atravesar entre la noche y el día para que la vida se nos revele. De algún modo, la poesía es un camino constante, y eso trato que se refleje en la mía», afirmó Macías (Rubén).

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hotel 

muerdo tus pezones y te reconozco en mi lengua

mis labios recuerdan el color de los tuyos

tu tacto inquieta mi lenguaje

las horas cortan

tu vestido al caer

que tu perfume le quite

el olor a muerto

a esta cama de garrapatas

frescas a media noche

tu cuerpo desnudo se estrella

en un espejo

sólo deja ver la mitad de nuestros rostros.

(Este poema forma parte de su libro: «en algún muelle», publicado por Otra Editorial y Colectivo José Revueltas).

ella comienza a ver su rostro cayendo en mis manos

olor a comida entra

por cada rendija de este hotel

todo está cerca

las putas a sólo unas cuadras

asesinan al invierno y no son amables

un ojo a la ventana

y otro a la muerte

aprieto mis tenis al pecho

mientras  ella sin ruido  prende un cigarro

la lluvia sigue  ella intenta

pintarse el labio superior

yo escondo mi cartera.

(Este poema forma parte de su libro: «en algún muelle», publicado por Otra Editorial y Colectivo José Revueltas).


Conocé más de Rubén Macías haciendo clic acá


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Hacer poesía en la escuela

La docencia es una de las formaciones que menos he desempeñado en mi vida laboral, pero que amo en todas sus formas. Ayer, formé parte del V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia junto con Silvia Crespo , Carlos Norberto Carbone , Marta Peralta, María Laura Burattini , Karina Lerman y Fabian Leppez.

Lo cierto es que cuanto más grande estoy, más lo disfruto, más juego. Fui con la idea de Leer 4 textos y de mostrarle a ese grupo de 7° grado que la poesía no sólo está presente en su vida sino que es una forma de decir diferente, de pensar, de ver la vida. Iba con la idea de buscar la proximidad con entre ellos y la poesía.

Necesito ponerlo en palabras…

Cuando entré al aula, cada cual estaba en la suya, pocas ganas de darme bola. Sólo algún saludo y un par que desde el fondo me mostraban que sabían mi nombre (ahí aparecieron los primeros hilitos de donde tirar la piola…)

Los 32° no ayudaban, la hora menos, ya habían almorzado hacía un rato y la digestión jamás es aliada de la concentración. Para despertarse era necesario que ellos hablarán y de ser posible un poco de ruido.

Después de la presentación de rigor, la mía, parte la dijeron ellos y parte la completé yo. Había ido con la remera que tiene la ilustración de la tapa de mi primer libro: Identidad: fondo negro y los dos piecitos dibujados con líneas cual si fuesen unas huellas dactilares.

Leandro Murciego (poeta, periodista, coach literario) hablando en la presentación de la segunda jornada del V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia

Hablamos de la primera muestra identitaria que se les toma a los bebés cuando nacen (la de los pies), del registro de las huellas dactilares de ellos y de las mías e infirieron a que tanto la remera, como la tapa de mi primer libro, era una metáfora. Y arrancamos a construir algunas, juntos, en el aire.

Bien, ya logramos establecer que le poesía cuenta de metáforas o que es una forma de «metamorfasear» de decir distinto, rompiendo la lógica.

De allí saltamos a ¿Qué es la poesía?

Y a partir de allí. la magia. Hubo varias respuestas (eso ya era bastante -7 minutos de charla y estaban participando varios y atentos, la mayoría-). Entre las respuestas apareció una que invitó a que tomara el camino de la música: «La poesía, es un conjunto de palabras que tienen rima (los defensores de los versos libres debemos trabajar con ello), armonía y ritmo».

Leandro Murciego (poeta, periodista, coach literario) hablando en la presentación de la segunda jornada del V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia. Hubo lugar para las preguntas. Los chicos tenían mucho que decir.

Eureca, eso me habilitó a hablarles de dos autores Nicanor Parra y Jorge Luis Borges. Y les dije: «Para Parra, poesía es la prosa que se mueve. Dicho de otra manera, es la prosa que danza. Y cuándo se danza, con la música». Entonces, la poesía debe tener movimiento, músicalidad.

Borges, por su parte, dijo que la «Poesía es un volver a la esencia del lenguaje» y eso nos lleva a Grecia y allí, los primeros que recitaban poemas eran los AEDOS, que eran los trovadores (los que decían poesía con música).

Entonces, ya teníamos definida la poesía y sumados cuatro conceptos: musicalidad, ritmo, armonía y metáfora. Ah, perdón, a mi disgusto también la rima (pero iba a servir, a la larga en la charla). Pero teníamos un problema, había que definir la música y alguien dijo: «una suma de sonidos con compaces y que, a veces, lleva letra. Es decir, poesía.»

Los chicos de 7° grado estuvieron atentos, participativos, ocurrentes y se animaron a trabajar la poesía armando versos hermosos.

La cosa iba mejor. Sólo había que establecer si todo sonido era música. Surgió la pregunta: ¿el timbre del recreo es música? Una de las más activas, respondió; no, se necesita que el sonido se corte por silencio». Hermoso… Todo fluía.

Claro, es así, la música y la poesía se alimentan de pausas (silencios), cambios de ritmo y de intensidades. La poesía busca romper el silencio, luego decir algo. Y para poder hacerlo tiene que alterar una estructura. Si hay ruido, crear silencio para luego imponer su pulso. Si lo que impera es el silencio hay empezar con un golpe: verso fuerte, palabra fuerte o sílaba fuerte. Luego, como la música, establecer una estructura o patrón -que en ocasiones se da con la repetición de palabras o estructuras gramaticales, entre otros recursos-.

Teníamos claro, había que llarmar la atención, crear un patrón y, luego, alterarlo. Cómo debía ser esa charla con elles. Yo debía hablar, tenía que hacerlos relacionar y elles tener el impulso o deseo de hablar, participar. Cambiar ritmos, poesía grupal.

Leandro Murciego (poeta, periodista, coach literario) hablando en la presentación de la segunda jornada del V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia

Surgió una nueva pregunta: ¿Qué vinculación ustedes tienen con poesía? Respuestas: «Leemos en la escuela», «la escuchamos en la música», “sólo eso”.

¿Están seguros? ¿Nadie hace poesía?
No. Respondieron en grupo.
¿Seguros? ¿Alguien tiene hermanos más chicos? ¿Qué pasa cuando lloran y no se pueden calmar? ¿Y cuándo se despiertan a la madrugada?

La mayoría acordó que se les canta canciones de cuna y que ellas son poemas. Y que, en ocasiones, cuando el cansancio invade, después de tres o cuatro meses de despertarse más de tres o cuatro veces en la noche. Y estar mal dormidos, y cansados hasta se olvidan las letras de las canciones y se comienzan a inventar. Es allí donde irrumpe la poesía, por ejemplo. Pero, claro, ellos no son padres y madres aún -por suerte-, así que quizá resulta difícil llegar a que sean ellos los que hagan la magia.

V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia: Leandro Murciego, Silvia Crespo, Carlos Norberto Carbone, Marta Peralta, María Laura Burattini, Karina Lerman y Fabian Leppez.

-¿Quién de ustedes tiene algún familiar que vive en el interior y que no va hace mucho?

Una chica, con nombre de lago, dijo: Benja. Y Benja -cuando me acerqué a él- arrancó: “mi abuelo vive en Corrientes y voy allí los veranos.

-Cómo huele la casa de tu abuelo, Benja.

El alumno se quedó pensando y despertó al poeta: “No sé. Huele raro. A campo…”. ¿Adentro huele a campo, Benja?”. No, me respendió mientras seguía buscando la palabra… Y dijo: “a verano”. Y armó la maravilla. “La casa de mi abuelo huele a verano”.

Se me escapó un grito, creo que de alegría. Tiré un aplauso a modo de automotivación y para convocar a algún remolón y dije: “Aquí nació un verso, y de los buenos… ¿Quién da más?”.

V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia: Leandro Murciego, Silvia Crespo, Carlos Norberto Carbone, Marta Peralta, María Laura Burattini, Karina Lerman y Fabian Leppez.

Martín, uno de los que recordaba mi nombre de la presentación en el salón de actos y que de, algún modo, había ensayado parte de mi presentación -que no fue personal, sino comunitaria- dijo: “Mi familia tiene una casa en Córdoba y vamos los veranos. Allí fuimos unas vacaciones con Roco -otro de los chicos (en verdad, no recuerdo su nombre)- y también huele distinto”…Y Martín como otros habían entendido el juego y arrojó: “En la casa se respira montaña”.

La chica con nombre a lago, patagónico y cristalino, dijo: “Yo tengo en la nariz el olor de la casa de un compañero de acá. Es rico el olor, pero es particular, no tiene nombre…” Y fue limpiando su idea hasta hacerla verso. “Llevo en mi nariz el perfume de su casa”. Y siguió usando el truco poético de decir más con menos: “llevo su casa en mi nariz” y siguió reescribiendo en el aire: “Hace diez años llevo su casa conmigo”.

Poesía, escribían poesía sin lápiz ni papel. Sino más bien, como se escribe: con la cabeza.

Otro tema resuelto: “Todo recuerdo cuando se pone en palabras es un gesto poético y hace que todos hagamos poesía. Elegir cada palabra, recortar la idea, cargar cada vocablo o frase de sentido es un gesto poético, y -por qué no- una forma de metaforizar.

V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia: Leandro Murciego, Silvia Crespo, Carlos Norberto Carbone, Marta Peralta, María Laura Burattini, Karina Lerman y Fabian Leppez.

Se estaban haciendo cargo que podían jugar con sus recuerdos y resignificarlos en sus cabezas. Yo estaba chocho. Ni idea de la hora y no me importaba. Mientras una seño estaba sentada, escuchando atenta. Más allá un profe de educación física se había traído una silla y se sumaba al fogón. Y ante cada participación de los chicos movía la cabeza asintiendo con una hermosa sonrisa.

¿Alguien me dice de qué habla la poesía? ¿A qué se le puede escribir? Aparecieron todas y cada una de las emociones, de los sentimientos, el fútbol (lo tiró uno a modo de risa -y apareció otra hilo de donde tirar la piola-), otro más allá dijo: de física cuántica y de matemáticas.

Sí… apareció la poesía en el grupo: la disrupción. Había que tomar por allí para atrapar a aquel que hasta el momento no se sentía convocado.

“¿Saben que las matemáticas tienen mucho que ver con la poesía? Hacer poesía es una suerte de alquimia de fórmula matemática que demanda de fórmulas y ecuaciones (también)”. Los ojos de Pedro se abrieron. Otro más que se suma, pensé. Y seguí: “Alguien conoce los sonetos? ¿Qué significa la palabra soneto?”

Estaban enganchados se animaban a tirar. Y apareció: Sonido.

-Esoooo!!! Yo me acordaba del “Loco” Gelbenzú. Un profesor de quinto año que jugaba a ser loco para captar nuestra atención. Salté, aplaudí y aceleré la voz. “El soneto es una de las formas poéticas más conocidas de la poesía. Con esto unimos música, matemáticas, poesía clásica y algo actual que los convoca… Pedro, escuchá…” Y apareció la posibilidad de tirar algo más para sumar y seguir… “¿Quién fue Lope de Vega?“, pregunté.

– Una calle respondió una de las chicas. Y otra dijo: “como Scalabrini”.
– Claro, dos calles. ¿Y por qué se le pone nombres de personas a las calles?
– Para recordar a los personajes. Porque fueron importantes, dijo otra de las chicas.
– Así es, Scalabrini Ortiz, que fue político y Lope de Vega fue un poeta clásico español, que es el que le dio la impronta al soneto (que viene de sonido).

Busqué más. Tenía u acercarlos a ellos. Pero no mostrará el truco tan rápido. ¿Alguien conoce a Joaquín Sabina? Me sorprendió la respuesta: “sí”, dijeron un par. “Bueno él también hace sonetos, algunos de ellos son canciones, otros solo poemas, que publicó en varios de sus libros. Pero volvamos a Lope de Vega. Él para hacer poesía pensaba musical y matemáticamente. Entonces contaba las sílabas de cada verso (jugamos luego a contar algunas) y trabajaba con las sílabas tónicas y átonas (palabras que me las tiró Martín, el que quería poemas de fútbol)”.

Y empezamos a jugar con algunos de sus nombres con las sílabas tónicas. Y fueron entendiendo cómo por medio de patrones acentuales y de sílabas fuertes y débiles y de la duración del verso (cantidad de sílabas en la línea) se podía dar musicalidad.

Ahora el tema era hacer de todo aquello algo cercano a sus vidas.

-¿A quién le gusta el rap y el trap?

Y “¡Las manos de todos (o casi todos) los pibes y las pibas arriba!”. Había que aprovechar que con una lombriz se habían acercado muchos peces. “Bien, la base del rap lleva el ritmo acentual del soneto. Es más, la mayoría de los poemas de Lope de Vega se pueden decir en ritmo de rap. Y fueron rapeados por muchos. Luego, si les pica la curiosidad, busque a Lope de Vega y algunas canciones de rap e intenten hacer entrar los poemas del autor clásico en ese ritmo musical”

No sé si lo harán, pero es un hermoso ejercicio motivacional que muestra que aquello de otro siglo, quizá no está tan lejos y es otra forma de validar el ingreso a la poesía, por medio del rap y, hasta del trap. (Acá es la parte que se multiplicarán los insultos en los comentarios…)

Habiendo silabeado y jugado con la alquimia matemática y con la atención activa de Pedro había que volver a Martín. Allí volví con el juego matemático y alquimista de hacer que el poema responda a protones musicales y de tiempo. Les compartí el poema mío de “Imagen y semejanza” para D10S y que basado en el segundo gol que le hizo a los ingleses en el mundial de México ‘86. El texto tiene la duración exacta, según cómo se lea, de la jugada del Diego, desde que recibe el pase de Burruchaga hasta que la pelota acaba en la red.

V Encuentro de Escritores en la Escuela Australia: Leandro Murciego, Silvia Crespo, Carlos Norberto Carbone, Marta Peralta, María Laura Burattini, Karina Lerman y Fabian Leppez.

La poesía es juego, ritmo, música y refleja una mirarda y se dice hasta desde un leer y decir diferente…

Después hablamos de la síntesis en la poesía (la ya hicieron), el decir distinto (y lo hicieron) de la importancia del lector, del rol activo del que lee (hablamos y pensamos juntos, lo que resultó una excusa para leer mi micropoema “Artistas”, el que dice que artista es el lector). Hablamos y pensamos sobre las nuevas construcciones de sentido que aporta la mirada poética, de las diferentes formas de contar lo mismo, lo ya conocido para aportar una mirada nueva de las cosas.

Y fundamentalmente reparamos… en el roll reaccionario, confrontativo y rebelde de este género (un hermoso espacio para manifestar sentimientos adolescentes), que encuentra en el decir poético lo que otros no quieren o no pueden ver. Un lugar nacido para disrumpir, ya que si no se apela a ello -en mi opinión- jamás se alcanza el gesto poético. Hasta acá, creo, unos pocos minutos del encuentro con 7mo grado. Un regalo. Más tarde regresé a trabajar los procesos creativos con el escritores, pero lo hice renovado, feliz, siendo otro.

Por Leandro Murciego

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Disfrutá del poeta Luis Colombini (podcast)

Temporada 10. Episodio 20 «Noche de Letras con Luis Colombini»

Luis Colombini nació en San Nicolás de los Arroyos, Pcia de Bs.As (actualmente, vive en Valencia, España). Es integrante de la primera Comisión de A.P.O.A (Asociación de Poetas Argentinos). Sus textos figuran en antologías poéticas de la Argentina y en publicaciones de revistas literarias de América Latina.
Entre sus obras publicadas se destacan: “Todo lo Otro”(1983), poesía; ”Sobre la Mesa” (1987), poesía; “De dioses, exilios y otras desesperaciones” (2006), poesía (España); ”Alumbrita” (2009), cuentos infantiles (España); ”Entonces la Memoria”, poesía; ”Trapecio”, poesí, y “Los siempre hambrientos”, cuentos; entre otros.

Mirá la entrevista a Luis Colombini

Dos poemas de Luis Colombini

«Todo  lo  otro» 

Barricada calle multitudes
y el amor a escondida leve y tranquilo
como la leve y tranquila mano sustantiva
que extirpó la caricia extraña de una cara.

Barricada calle
silencioso pájaro
en las coartadas de un niño que se muere despacio
y no tenemos más que la renuncia a la eternidad.

Antepongo mi animal resuelto
a la misericordia ardiente del mediodía,
y resuelvo el juego cotidiano
los atrevidamente vecinales
la carne durmiendo el cuerpo del insomnio y el aullido
el moverse temporal contradictorio
del constructor del tiempo y la esperanza.

Calle abajo
bocacalle del no encuentro
de la presencia en la constante de todo inventario
y el amor a escondida
leve y tranquilo
como las leves y tranquilas otras muertes.

El grito es una fiesta del instinto
gritemos entonces el instinto,
porque la cordura,
es un cumpleaños a sabienda.

Luis Colombini

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“Disfrutá del poeta Luis Colombini (podcast literario)”

«Contraexilio»

La sombra desdoblada

como un arpegio en la ciudad

va golpeando las paredes de las calles.

Lo paradójico

es que no puede proteger la retirada,

tiré del invierno hasta que pude

para ver si alguien hilvanaba una inmediata primavera

pero no fue así,

crucé el ecuador de las ausencias

y esa noche

junté a mis muertos

al barrio infinito donde creí que todo lo demás era una ciénaga,

y no volví,

la ausencia

circunscribió el contrasentido en un arrabal consentido y erudito

y cada lágrima

tuvo un número, un ítem, un descalabro.

Luis Colombini

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La musicalidad y el ritmo en el verso libre

«La poesía, su música y el uso del ritmo» (Parte III) *

La musicalidad en el verso libre es uno de los grandes temas a la hora de trabajar la poesía. Para muchos en este tipo de poemas está todo permitido, pero ¿el verso libre goza de total libertad? ¿Existen normas, principios o fundamentos para poder transitar de manera más estética o funcional por subgénero literario?

Hace un tiempo, en una de las ferias virtuales de libros he preparado una charla que se encuentra girando en las redes sobre las normas y los principios del verso libre y, en la cual ponía en duda la libertad de ese tipo de versos, ya que éste responde a una gran cantidad de principios y estructuras que son los que -entre otras cosas- le aportan musicalidad y ritmo al texto. 

A la hora de hacer versos libres conviene tener en claro que los versos largos demoran al poema, mientras que los versos cortos le aportan mayor velocidad. Entre los recursos que maneja el verso libre se encuentra el denominado esticomitia, este es un fenómeno métrico que consiste en la correspondencia exacta entre las frases y versos de una estrofa, de forma que cada verso sea una frase, dicho distinto, cada idea sea un verso.

La contracara de la esticomitia es el salto versal, también conocido como encabalgamiento, que bien podría graficarse como Slalom literario, ya que le permite al autor descender el poema (cual si fuese una montaña) dibujando zig-zags. 

Sin dudas, el encabalgamiento (para leer más sobre este recurso, hacer clic acá) no sólo le aporta mayor dinamismo al texto, sino que además le permite darle mayor luminosidad a los versos y a sus significados. 

El corte versal propone un freno y, al mismo tiempo, se encarga de otorgarle al nuevo verso -que nació de ese corte- mayor fuerza y velocidad. El encabalgamiento, junto con el uso de los signos de puntación, permite resaltar las pausas y dar forma a nuevas melodías.

Parra (Nicanor), el gran poeta trasandino, que afirmaba que  “la poesía es la prosa que baila”. Leé más sobre la musicalidad del verso en Apalabrarte un sitio (de Leandro Murciego -Coach literario- para escritores y amantes de las letras

Ahora, si por un momento recordamos que Parra (Nicanor), el gran poeta trasandino, que afirmaba que  “la poesía es la prosa que baila” entendemos que este género tiene que tener como principal fundamento el movimiento y que uno de sus búsquedas es convertirse en una danza. Para ello es preciso apelar a la musicalidad, los cambios de ritmo y los giros, entre otros recursos. 

Para lograr este ir y venir, el danzar sobre la página, un recurso del poeta es, sin lugar a dudas, el uso de las estructuras -léase repetición de construcciones gramaticales, que con la reiteración van dando forma a un sistema-. Además, el escritor puede servirse del empleo de patrones acentuales (en español existen tres tipos de acentos que se encuentran en las palabras agudas, graves y esdrújulas). Otra herramienta es la utilización de las sílabas tónicas (sílaba que se pronuncia con mayor intensidad) y átonas (sílaba que se pronuncia con menor intensidad), los patrones o grupos fónicos (palabras que permiten hacer un discurso más expresivo y estético, jugando con los sonidos de la lengua), la utilización de ritmos, pausas y silencios. 

Pero volvamos a la esticomitia, para aquellos autores que recién comienzan se convierte en una herramienta fundamental para poder adquirir una voz literaria fuerte y clara, ya que permite poner una idea o concepto en cada verso/línea.
Esto tiene un cuádruple impacto en la escritura: ordena, aporta claridad y le permite a cada verso ser contundente e independiente de los demás. Una vez que los escritores noveles o aprendices del arte de escribir manejan con estos recursos, están en condiciones de saltar a un segundo paso: el uso del encabalgamiento. 

Pero ojo, jamás se desecha ninguna herramienta, ninguna viene a ser cambiada por otra, sino que la idea es siempre sumar o adquirir un nuevo recurso. Ya que la interacción o la intercalación de la esticomitia y del encabalgamiento, es decir del verso largo con el corto, es uno de los primeros pasos para construir la danza de la que tanto habla Parra (Nicanor). 

¿Cómo romper con la monotonía del verso largo?


Uno de los mandamientos del mundo de la escritura sostiene que los versos largos bajan la velocidad del poema, mientras que los cortos lo aceleran. Pero existen algunos recursos para alterar, al menos un poco, esta ley poética. 

El lograr un verso claro, directo y potente que resulte independiente de los demás que forman parte del poema, termina enriqueciendo y fortaleciendo la voz literaria del autor. Ahora bien, si se logra decir todo esto con palabras cortas, tónicas y con una estructura que responda a los patrones o grupos fónicos, estaremos cerca de encontrar el juego que convierta a este truco en magia.

Quizá para ello será preciso apelar a dos preguntas (que le llegan al poeta -en fase iniciática-, habitualmente, a la hora de la edición): ¿Cómo se puede decir lo mismo, con menos palabras? y ¿De qué forma se puede hacer de la manera más poéticamente posible?

Sin dudas, que sí logramos combinar la mayoría de estas estrategias se estará, de algún modo, apelando a un truco casi mágico, que posiblemente haga caer al lector en el hechizo dinámico y musical con el que juega el verso corto. 

El secreto de la poesía, decir más con menos

El secreto de la poesía es la resignificación, para ello es preciso empoderar la voz literaria y habilitar la co-construcción junto con el lector de la obra. Esto que resulta complejo tiene un principio sencillo que podría definirse en pocas palabras: decir “más con menos”.

 

Esto, que para muchos es la base de un tratado filosófico oriental, llegó de la mano del arquitecto alemán (que vivió gran parte de su vida en los Estados Unidos), Mies Van der Rohe, y sirve casi a modo de sentencia en el trabajo poético/literario. 

Basándome Mies Van der Rohe, me arriesgaría a afirmar -sabiendo que pecaré de simpleza- que: “La poesía podría definirse como el arte literario de decir más con menos”. 

La gran propuesta, quizá, sea lograr crear una “esticomitia Van der Rohe”, es decir, que sea capaz de con pocas palabras multiplicar los sentidos de aquello que está diciendo. De lograr esta esticomitia Van der Rohe y si, a ella, la combinamos con el verso corto, estaremos no sólo dando forma a una estructura de sentido, sino que le aportaremos una mayor musicalidad y ritmo a la obra. Aceleración y freno, silencios y sonidos serán la base de nuestra danza poética, aquella a la que tanto hacía hincapié el gran antipoeta chileno. Si a esto se le suman versos fuertes y dicientes, estaremos otorgándole mayor intensidad al texto. 

La combinación del verso largo, pero dinámico, con el corto y contundente darán forma a un vertiginoso y limpio ritmo, el cual podrá ser utilizado según la temática del texto. Pero vale recordar, que siempre el ritmo y la velocidad se verán afectados por la extensión del verso. Dicho de otra forma, cuanto más larga es la frase/verso, más lento es el poema. 

Para apelar al verso corto, fuerte y dinámico, sin duda, es menester quitar todo lo que sobra. Lo que está de más. Para poder realizar la poda -que al igual que con las plantas, no mata, sino que da vida al texto- es preciso, respetar el espíritu de la poesía.

Otro aliado a la hora de trabajar el ritmo y la conceptualización de los textos es, sin dudas, el uso de la geografía del papel. No todos los versos tienen que comenzar en el mismo margen. La elección espacial puede aportarle nuevos o más ricos significados a las palabras o a los versos. 

Leandro Murciego
Escritor, periodista y coach literario


Charla para la Feria Virtual del Libro de la India (2024)

«La musicalidad y el ritmo en los versos libres»

Si querés escuchar la charla sobre «Cómo trabajar la musicalidad y el ritmo en los versos libres» que formó parte de la Feria Virtual del Libro 2024, de la India. Aquí dejo el video. No duden en escribir y aportar su mirada sobre el tema.

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Cuál es el secreto rítmico de los poemas clásicos

«La poesía, su música y el uso del ritmo» (Parte II) *

Por Leandro Murciego

Cómo decía en la primera parte de «La poesia, su música y el uso del ritmo» (parte I) la musicalidad, el ritmo, el pulso y la armonía en la poesía dan cuenta del vínculo estrecho que existe entre este género literario y la música.


Ahora bien, cuando uno se enfrenta a textos clásicos, como podrían ser los sonetos, queda muy en claro que ellos cuentan con un ritmo propio, el cual, en ese caso, está marcado por determinados esquemas silábicos en los versos y por estrofas, que van dando forma a la musicalidad de la obra. 

Los sonetos clásicos se caracterizan por estar compuestos por catorce versos endecasílabos, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada cuarteto, el primer verso rima con el cuarto y el segundo con el tercero. Mientras que en el caso del primero de los tercetos, la estructura puede mostrar una rima entre el primero y el tercero, para luego repetir el juego en el terceto final. 


Pero no todos los sonetos son iguales. El soneto shakespeariano, también conocido como soneto inglés, propone un juego diferente.

El secreto rítmico de los poemas.
Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados. 

Conocé más sobre la musicalidad y el ritmo de los poemas clásicos. Entrá en Apalabrarte (clínica de arte).
Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados

Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados. En este caso, la estrofa​ está compuesta de cuatro versos de arte mayor (es decir, versos de más de nueve sílabas), generalmente endecasílabos, de rima consonante.

Recordemos que el endecasílabo es el gran verso de la poesía (y que tiene la acentuación fuerte en la 6a sílaba, aunque lo aconsejable para que el poema baile es ir cambiando la acentuación a lo largo del poema, es decir, esto podría ser: 6.5.6.7.6.5, etc -el denominado zigzig).

Para ser más claros observemos un texto del poeta modernista colombiano Guillermo Valencia:

Y en reposo silente sobre el ara, (11 sílabas)
con su pico de púrpura encendida, (11 sílabas)
tenue lámpara finge de Carrara (11 sílabas)
sobre vivos colores sostenida. (11 sílabas)

Los sonetos ingleses suelen contar con cuatro estrofas. Cada una de ellas va alternando su estructura (ABAB CDCD EFEF GG). Esto significa que la primera y la tercera línea deben rimar, y la segunda y la cuarta línea también. En el siguiente grupo de cuatro líneas, se repite el mismo patrón con diferentes rimas. El poema termina con un pareado (dos versos que rima entre sí). 

Ésta estructura, que se podría definir como 3×4+2 (o 12 versos más 2) le aporta al poema una impronta muy característica, con una musicalidad fuerte y singular.

El soneto una composición poética universal

Pero más allá de estas diferencias, el soneto es una de las composiciones más generalizadas. Ya que en la mayoría de las composiciones poéticas, como los versos Alejandrinos y los octosílabos -tan sólo para mencionar alguno de ellos- sufren adaptaciones en cada idioma.

Éstas variaciones, en gran parte, responden a que dichas estructuras o composiciones se ven obligadas a modificar su patrón acentual. Es decir, la forma en que se acentúan las palabras van determinando nuevas estructuras sonoras/ rítmicas que resultan funcionales a la musicalidad del poema. 

Los versos alejandrinos, usualmente, cuentan con catorce sílabas métricas (es decir un verso de arte mayor) compuestas de dos hemistiquios con tilde en la sexta y decimotercera sílaba. Pero en francés este tipo de versos tiene trece sílabas (si se leé como un verso simple) o 7+7 sílabas (si se lee como un verso compuesto), convirtiéndose en un tipo particular de alejandrinos.


Sin dudas, cada idioma y, en algunos casos, hasta cada idiosincrasia determina las variantes o modificaciones de las estructuras de las diferentes composiciones poéticas.

Por ejemplo, en el octosílabo, en catalán, no existe el eje rítmico (éste es el acento estrófico, que se encuentra en la penúltima sílaba del verso. Este acento fijo se relaciona con la rima, la medida y las pausas de los versos). Entonces, en el octosílabo catalán no se suma una sílaba. Allí, el octosílabo cuenta con ocho sílabas. 

Pero aquí nace otra pregunta: ¿para hacer poesía alcanza con las estructuras? La respuesta es no. Este género para no caer en la monotonía requiere de variaciones.

El ritmo de un poema una vez logrado debe ser interpelado, roto o intervenido por otro distinto. 

Algo de ello dejó, en sus versos, Lope de Vega, que como un niño fue a golpes de sílabas tónicas, creando -por momentos- la base rítmica de su poesía.

Pero claro a todo esto hay que agregar otros recursos tales como, la sinalefa (la unión de dos vocales que se unen a la hora de hacer el conteo silábico), el uso de los silencios, las pausas (por el uso de los signos de puntuación, los saltos versales, etc), los distintos tipos de rima, tanto interna como externa, etc. 

Pero esta estructura, con la que jugaba el gran poeta español, que puede parecer para muchos un descubrimiento, es el alma del rap actual.

Nicanor Parra: «La poesia es danza»

Volvamos a Parra (Nicanor) si la poesía es danza, movimiento, podría decirse caminando por la negativa que aquello que no se mueve, que es monótono, que no combina sílabas átonas y tónicas, no es un poema. O en el mejor de los casos podríamos estar hablando de un mal poema, que contradice su ontológico espíritu danzarín. Este género necesita de ritmos, variaciones, juegos, armonías. Y algo más de la audacia y el espíritu lúdico del poeta.  

El poeta y dramaturgo español Eusebio Calonge explica que el ritmo en la poesía es aquel que le aporta al texto no sólo su identidad, sino también la belleza. Así lo pone de manifiesto en una de sus afirmaciones en la que sostiene que:

“Cuando desaparece el ritmo, sólo queda el tedio de la duración”. 

Pero esta frase no sólo habla de ritmo, sino también duración. Y esta última, de alguna forma, hace pensar al poema como un territorio. El poema se extiende en dos direcciones, una de ellas la horizontal y la restante, vertical. 


La primera determina la medida exacta de cada verso, la cual está dada por la cantidad de sílabas que lo habitan. El conteo silábico puede variar según se trate de sílabas tónicas y átonas. Y la restante, es decir, la vertical, está dada por la duración que marca el número de estrofas y de versos que tiene un poema.

Peter Handke escritor austriaco ganador del premio Nobel de literatura. 
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Peter Handke escritor austriaco ganador del premio Nobel de literatura

Esta última, depende de la cantidad de estrofas y versos que tiene un poema.  Si pueden les propongo conseguir el “Poema a la duración”, del autor premio Nobel de literatura, Peter Handke.

continuará…

*Este material formó parte de la ponencia sobre las claves del ritmo y la musicalidad en la poesía.

Leandro Murciego
Escritor, periodista y coach literario

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Qué es la poesía, según Borges y Parra

«La poesía, su música y el uso del ritmo» I *

¿Qué es la poesía? Si se indiga en alguno de los motores de búsqueda que ofrece la red de redes factiblemente, se encontrará una sentencia similar a esta:

“La poesía es un género literario que evoca una conciencia imaginativa concentrada/acotada/sintetizada de la experiencia o una respuesta emocional específica a través de un lenguaje elegido y organizado por su significado, sonido y ritmo”.  

Esta respuesta que busca -de forma sencilla- comenzar a bosquejar un concepto de la poesía, sin dudas, prescinde de una gran cantidad de recursos que son tomados por los autores para convertir una idea o emoción en un gesto artístico, el cual lleva miles de años sobre la tierra.

Fragmento de la Epopeya de Gilgamesh

Desde el primer registro poético del se tiene referencia la Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh (que fue escrito entre 2500 y 2000 AC), el cual se trata de una narración acadia en versos que dan cuenta sobre las peripecias del rey Gilgamesh, muchos fueron los cambios que fue experimentando la poesía. 

Qué es la poesía, según Borges y Parra.
Jorge Luis Borges afirmaba que la poesía es el género que permite volver al lenguaje a su fuente originaria

 forma parte del artículo "La poesía, su música y el uso del ritmo" I que se encuentra en apalabrarte-com-ar.preview-domain.com el sitio que se presenta como una Clínica de arte.
Jorge Luis Borges: «la poesía es el género que permite volver al lenguaje a su fuente originaria»

Para Jorge Luis Borges, la poesía es el género que permite volver al lenguaje a su fuente originaria. Según los griegos había tres tipos de poesía: la lírica o canción, la dramática o teatral y la épica o narrativa. Actualmente, a la poesía se la vincula con la poesía lírica. 

Ahora bien, a qué se referirá Borges cuando afirmaba que “la poesía volvía al lenguaje a su fuente originaria”. A mi entender, la fuente primera de este género literario -madre de todos los géneros- es la canción, la cual está signada por la musicalidad, por el ritmo. Esa primera poesía que llegó con los griegos apareció de la mano de la lira. 

Imagen de un Aedo griego y su lira. Esta ilustración forma parte del artículo "La poesía, su música y el uso del ritmo" I que se encuentra en apalabrarte-com-ar.preview-domain.com el sitio que se presenta como una Clínica de arte.
El Aedo y su lira

Si algo faltara para que nos  invite a pensar a la poesía como una prima hermana de la música es el primer nombre que recibieron los poetas: AEDO. Éstos eran los primeros decidores, también conocidos como trovadores o juglares, es decir, cantores que expresan sus sentires más íntimos, los cuales son dichos con un ritmo determinado.  

Ritmo, pulso y compas, en la poesía

Ahora bien, ¿qué es el ritmo?

Según la Real Academia Española (RAE), el ritmo es un orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas. Cuando pensamos en esta definición llegamos a entender que en la vida casi todo tiene ritmo, desde la respiración, pasando por el caminar, el hablar y hasta el callar. Todo tiene un ritmo, propio y singular. 

Nicanor Parra, “la poesía es la prosa que se mueve”.

Esta imagen forma parte del artículo "La poesía, su música y el uso del ritmo" I que se encuentra en apalabrarte-com-ar.preview-domain.com el sitio que se presenta como una Clínica de arte.

Para el gran poeta chileno, Nicanor Parra, “la poesía es la prosa que se mueve”, es decir, que baila. Pero para que ello ocurra, es decir, para que la poesía se convierta en danza o música, es preciso contar con un ritmo o un compás.

Ahora, bien, ¿qué es el ritmo? El ritmo es la organización en el tiempo de pulsos y acentos.
Aquí aparece otra palabra: pulso. Resulta vital definir, para seguir construyendo juntos el concepto de ritmo, ¿qué es el pulso? Éste es una serie de pulsaciones que se repiten de manera constante y que sirven para medir el tiempo. 

Si tuviésemos que hacer una analogía con la poesía, podría decirse que la estructura gramatical de los versos es comparable con las denominadas pulsaciones musicales. 


Entonces, volviendo a la definición de Parra si “la poesía es la prosa que baila” esta debe tener ritmo (y por ende, debe contar con pulsos -una estructura que se repite- y acentos) y compás. En la poesía el compás estará siempre determinado por las sílabas tónicas (las más intensas o fuertes) y átonas (las que se pronuncian más suaves).

Siguiendo con la analogía con la música, la estrofa sería una suerte de armonía; mientras que los acentos (prosódicos y ortográficos) le darían forma a una melodía. Ahora bien, la combinación de este tipo de acentos le irá dando forma a la composición, la cual logrará una cadencia particular.

continuará…

*Este material formó parte de la ponencia sobre las claves del ritmo y la musicalidad en la poesía.

Leandro Murciego
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