«La poesía, su música y el uso del ritmo» I *
Por Leandro Murciego
¿Qué es la poesía? Si se indiga en alguno de los motores de búsqueda que ofrece la red de redes factiblemente, se encontrará una sentencia similar a esta:
“La poesía es un género literario que evoca una conciencia imaginativa concentrada/acotada/sintetizada de la experiencia o una respuesta emocional específica a través de un lenguaje elegido y organizado por su significado, sonido y ritmo”.
Esta respuesta que busca -de forma sencilla- comenzar a bosquejar un concepto de la poesía, sin dudas, prescinde de una gran cantidad de recursos que son tomados por los autores para convertir una idea o emoción en un gesto artístico, el cual lleva miles de años sobre la tierra.
Desde el primer registro poético del se tiene referencia la Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh (que fue escrito entre 2500 y 2000 AC), el cual se trata de una narración acadia en versos que dan cuenta sobre las peripecias del rey Gilgamesh, muchos fueron los cambios que fue experimentando la poesía.
Para Jorge Luis Borges, la poesía es el género que permite volver al lenguaje a su fuente originaria. Según los griegos había tres tipos de poesía: la lírica o canción, la dramática o teatral y la épica o narrativa. Actualmente, a la poesía se la vincula con la poesía lírica.
Ahora bien, a qué se referirá Borges cuando afirmaba que “la poesía volvía al lenguaje a su fuente originaria”. A mi entender, la fuente primera de este género literario -madre de todos los géneros- es la canción, la cual está signada por la musicalidad, por el ritmo. Esa primera poesía que llegó con los griegos apareció de la mano de la lira.
Si algo faltara para que nos invite a pensar a la poesía como una prima hermana de la música es el primer nombre que recibieron los poetas: AEDO. Éstos eran los primeros decidores, también conocidos como trovadores o juglares, es decir, cantores que expresan sus sentires más íntimos, los cuales son dichos con un ritmo determinado.
Ritmo, pulso y compas, en la poesía
Ahora bien, ¿qué es el ritmo?
Según la Real Academia Española (RAE), el ritmo es un orden acompasado en la sucesión o acaecimiento de las cosas. Cuando pensamos en esta definición llegamos a entender que en la vida casi todo tiene ritmo, desde la respiración, pasando por el caminar, el hablar y hasta el callar. Todo tiene un ritmo, propio y singular.
Para el gran poeta chileno, Nicanor Parra, “la poesía es la prosa que se mueve”, es decir, que baila. Pero para que ello ocurra, es decir, para que la poesía se convierta en danza o música, es preciso contar con un ritmo o un compás.
Ahora, bien, ¿qué es el ritmo? El ritmo es la organización en el tiempo de pulsos y acentos.
Aquí aparece otra palabra: pulso. Resulta vital definir, para seguir construyendo juntos el concepto de ritmo, ¿qué es el pulso? Éste es una serie de pulsaciones que se repiten de manera constante y que sirven para medir el tiempo.
Si tuviésemos que hacer una analogía con la poesía, podría decirse que la estructura gramatical de los versos es comparable con las denominadas pulsaciones musicales.
Entonces, volviendo a la definición de Parra si “la poesía es la prosa que baila” esta debe tener ritmo (y por ende, debe contar con pulsos -una estructura que se repite- y acentos) y compás. En la poesía el compás estará siempre determinado por las sílabas tónicas (las más intensas o fuertes) y átonas (las que se pronuncian más suaves).
Siguiendo con la analogía con la música, la estrofa sería una suerte de armonía; mientras que los acentos (prosódicos y ortográficos) le darían forma a una melodía. Ahora bien, la combinación de este tipo de acentos le irá dando forma a la composición, la cual logrará una cadencia particular.
continuará…
*Este material formó parte de la ponencia sobre las claves del ritmo y la musicalidad en la poesía.