Cuál es el secreto rítmico de los poemas clásicos

«La poesía, su música y el uso del ritmo» (Parte II) *

Por Leandro Murciego

Cómo decía en la primera parte de «La poesia, su música y el uso del ritmo» (parte I) la musicalidad, el ritmo, el pulso y la armonía en la poesía dan cuenta del vínculo estrecho que existe entre este género literario y la música.


Ahora bien, cuando uno se enfrenta a textos clásicos, como podrían ser los sonetos, queda muy en claro que ellos cuentan con un ritmo propio, el cual, en ese caso, está marcado por determinados esquemas silábicos en los versos y por estrofas, que van dando forma a la musicalidad de la obra. 

Los sonetos clásicos se caracterizan por estar compuestos por catorce versos endecasílabos, distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada cuarteto, el primer verso rima con el cuarto y el segundo con el tercero. Mientras que en el caso del primero de los tercetos, la estructura puede mostrar una rima entre el primero y el tercero, para luego repetir el juego en el terceto final. 


Pero no todos los sonetos son iguales. El soneto shakespeariano, también conocido como soneto inglés, propone un juego diferente.

Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados. 

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Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados

Los Sonetos románticos de Shakespeare están conformados por tres estrofas de cuatro versos cada una más dos versos pareados. En este caso, la estrofa​ está compuesta de cuatro versos de arte mayor (es decir, versos de más de nueve sílabas), generalmente endecasílabos, de rima consonante.

Recordemos que el endecasílabo es el gran verso de la poesía (y que tiene la acentuación fuerte en la 6a sílaba, aunque lo aconsejable para que el poema baile es ir cambiando la acentuación a lo largo del poema, es decir, esto podría ser: 6.5.6.7.6.5, etc -el denominado zigzig).

Para ser más claros observemos un texto del poeta modernista colombiano Guillermo Valencia:

Y en reposo silente sobre el ara, (11 sílabas)
con su pico de púrpura encendida, (11 sílabas)
tenue lámpara finge de Carrara (11 sílabas)
sobre vivos colores sostenida. (11 sílabas)

Los sonetos ingleses suelen contar con cuatro estrofas. Cada una de ellas va alternando su estructura (ABAB CDCD EFEF GG). Esto significa que la primera y la tercera línea deben rimar, y la segunda y la cuarta línea también. En el siguiente grupo de cuatro líneas, se repite el mismo patrón con diferentes rimas. El poema termina con un pareado (dos versos que rima entre sí). 

Ésta estructura, que se podría definir como 3×4+2 (o 12 versos más 2) le aporta al poema una impronta muy característica, con una musicalidad fuerte y singular.

El soneto una composición poética universal

Pero más allá de estas diferencias, el soneto es una de las composiciones más generalizadas. Ya que en la mayoría de las composiciones poéticas, como los versos Alejandrinos y los octosílabos -tan sólo para mencionar alguno de ellos- sufren adaptaciones en cada idioma.

Éstas variaciones, en gran parte, responden a que dichas estructuras o composiciones se ven obligadas a modificar su patrón acentual. Es decir, la forma en que se acentúan las palabras van determinando nuevas estructuras sonoras/ rítmicas que resultan funcionales a la musicalidad del poema. 

Los versos alejandrinos, usualmente, cuentan con catorce sílabas métricas (es decir un verso de arte mayor) compuestas de dos hemistiquios con tilde en la sexta y decimotercera sílaba. Pero en francés este tipo de versos tiene trece sílabas (si se leé como un verso simple) o 7+7 sílabas (si se lee como un verso compuesto), convirtiéndose en un tipo particular de alejandrinos.


Sin dudas, cada idioma y, en algunos casos, hasta cada idiosincrasia determina las variantes o modificaciones de las estructuras de las diferentes composiciones poéticas.

Por ejemplo, en el octosílabo, en catalán, no existe el eje rítmico (éste es el acento estrófico, que se encuentra en la penúltima sílaba del verso. Este acento fijo se relaciona con la rima, la medida y las pausas de los versos). Entonces, en el octosílabo catalán no se suma una sílaba. Allí, el octosílabo cuenta con ocho sílabas. 

Pero aquí nace otra pregunta: ¿para hacer poesía alcanza con las estructuras? La respuesta es no. Este género para no caer en la monotonía requiere de variaciones.

El ritmo de un poema una vez logrado debe ser interpelado, roto o intervenido por otro distinto. 

Algo de ello dejó, en sus versos, Lope de Vega, que como un niño fue a golpes de sílabas tónicas, creando -por momentos- la base rítmica de su poesía.

Pero claro a todo esto hay que agregar otros recursos tales como, la sinalefa (la unión de dos vocales que se unen a la hora de hacer el conteo silábico), el uso de los silencios, las pausas (por el uso de los signos de puntuación, los saltos versales, etc), los distintos tipos de rima, tanto interna como externa, etc. 

Pero esta estructura, con la que jugaba el gran poeta español, que puede parecer para muchos un descubrimiento, es el alma del rap actual.

Nicanor Parra: «La poesia es danza»

Volvamos a Parra (Nicanor) si la poesía es danza, movimiento, podría decirse caminando por la negativa que aquello que no se mueve, que es monótono, que no combina sílabas átonas y tónicas, no es un poema. O en el mejor de los casos podríamos estar hablando de un mal poema, que contradice su ontológico espíritu danzarín. Este género necesita de ritmos, variaciones, juegos, armonías. Y algo más de la audacia y el espíritu lúdico del poeta.  

El poeta y dramaturgo español Eusebio Calonge explica que el ritmo en la poesía es aquel que le aporta al texto no sólo su identidad, sino también la belleza. Así lo pone de manifiesto en una de sus afirmaciones en la que sostiene que:

“Cuando desaparece el ritmo, sólo queda el tedio de la duración”. 

Pero esta frase no sólo habla de ritmo, sino también duración. Y esta última, de alguna forma, hace pensar al poema como un territorio. El poema se extiende en dos direcciones, una de ellas la horizontal y la restante, vertical. 


La primera determina la medida exacta de cada verso, la cual está dada por la cantidad de sílabas que lo habitan. El conteo silábico puede variar según se trate de sílabas tónicas y átonas. Y la restante, es decir, la vertical, está dada por la duración que marca el número de estrofas y de versos que tiene un poema.

Peter Handke escritor austriaco ganador del premio Nobel de literatura. 
Apalabrarte. Clínica de arte (Coaching literario)
Peter Handke escritor austriaco ganador del premio Nobel de literatura

Esta última, depende de la cantidad de estrofas y versos que tiene un poema.  Si pueden les propongo conseguir el “Poema a la duración”, del autor premio Nobel de literatura, Peter Handke.

continuará…

*Este material formó parte de la ponencia sobre las claves del ritmo y la musicalidad en la poesía.

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