Las respuestas a la pregunta: ¿Para qué sirve escribir? pueden ser muy variadas. Están los que dicen que la escritura es una herramienta para disminuir el estrés; algunos -van más allá- y sostienen que se trata de un puente capaz de dejarnos -un poco más cerca- de la felicidad… Lo cierto es que se trata de un acto de comunicación sumamente relevante tanto social como íntimamente.
Para Lacan, la escritura no es la simple representación de la palabra, sino un soporte material del significante que tiene efectos en lo real y está ligada al goce. La escritura se considera un hacer que da sostén al pensamiento y una forma de localizar y trabajar con los significantes que pueden llegar a componer un síntoma.
Escribir sirve para ordenar y jerarquizar el pensamiento. La escritura logra convertir ideas caóticas en un formato estructurado y claro. Otra de las funciones que tiene la escritura es que suele facilitar la toma de decisiones y la resolución de problemas. Convirtiéndose así en un colaborador vital para la reducción del estrés. Al plasmar los pensamientos en papel, se pueden procesar y analizar con mayor distancia, mejorando el reconocimiento y la organización de las emociones y el desarrollo del pensamiento crítico.
Lo cierto es que poner en palabras suele ser uno de los primeros pasos en la resolución de una gran cantidad de conflictos. El mencionar da entidad y le pone una dimensión real a aquello que nos preocupa.
La escritura como herramienta sanadora
Muchos profesionales de la salud están utilizando como complemento para sus terapias al acompañamiento de escritura o por medio de la escritura. De hecho, en los últimos tiempos se comenzó a multiplicar la demanda de estos pedidos en Apalabrarte.com.ar , los cuales llegan de la mano de derivaciones de psicólogos o psicoanalistas. Las búsquedas más habituales es lograr poner en palabras aquello que no logran expresar (nombrar, para tratar); superar traumas, conflictos o bloqueos (tanto de escritura como de lectura), entre otras alternativas.
En los últimos dos años cada vez son más, las personas que me contactan para trabajar tanto cuestiones de ansiedad como de estrés de la mano de la escritura. Crear una historia real o no, ficcionalizar un hecho de la nuestra vida colabora con la abstracción, la relajación y con la introspección.
Dicho de otra forma, al escribir pausamos al mundo exterior para abrirle la puerta a un mundo fantástico donde el tiempo y el espacio adquieren otras dimensiones.
La escritura es una de las herramientas cada vez más utilizadas en procesos vinculados con Mindfulness, ya que invita a hacer foco y a poder desarrollar el famoso «aquí y ahora».
Los beneficios de la escritura en la vida cotidiana
Según algunos autores, quienes se lanzan a escribir una novela comienzan, sin darse demasiada cuenta, a transitar un camino de autoconocimiento. Por ejemplo, muchas personas cuando deben escribir algo sobre un personaje que está atravesando una situación que sufre miedo, suelen evocar situaciones donde fueron coptados por esa emoción. Esta simple situación pone a la autora/or frente a sus propias sensaciones. Quien escribe, de alguna forma, pasa a convertirse en observador y en observado. Un paso vital para la construcción de un pensamiento crítico.
Por otra parte, el simple hecho de pensar una obra literaria, cualquiera sea su extensión, obliga a crear una estructura y, en muchos casos, llevarla al papel de la mano de un esquema. Este ejercicio aporta un orden y por consiguiente una jerarquización de pensamientos, que en ocasiones llega de la mano de un proceso metodológico de trabajo. Además, estimula la creatividad y la constancia. Por ende, se desarrolla la creación de una metodología de trabajo. Por otro lado, aumenta la capacidad de concentración.

Según algunos especialistas del área de la neurología, una idea trae a otra y a otra y a otra. La escritura, que desarrolla muchas zonas cerebrales vinculadas con el lado izquierdo, suele mejorar la capacidad cognitiva de la memoria. Una habilidad, que actualmente está sumamente desprestigiada a nivel educativo, pero que es la base de la inteligencia.
Dicho de otra forma, la escritura es una habilidad social que cuanto más la ejercitamos, más beneficios suele ofrecer. Estos beneficios también se ponen en juego a la hora de practicar la escritura artística o literaria.

Desde mi experiencia, la mejor recomendación que puedo ofrecer es que todos logren establecer un contacto con el proceso de escritura y en especial con la artística, ya que ésta ofrece una gran cantidad de ventajas que pueden mejorar nuestra vida cotidiana.

En síntesis
Beneficios de escribir para ordenar el pensamiento
- Procesa las emociones: Permite expresar y entender mejor los sentimientos, ya que al ponerlos en palabras se convierten en algo tangible que se puede analizar.
- Aclara la mente: Ayuda a despejar el torbellino de pensamientos que pueden dificultar la toma de decisiones, ya sea en el ámbito personal o profesional.
- Desarrolla el pensamiento crítico: La práctica de escribir te obliga a examinar y estructurar tus ideas, lo que fomenta la capacidad de razonamiento y te da un mayor control sobre tus propios pensamientos.
- Reduce el estrés: Escribir sobre situaciones estresantes puede ser una forma de catarsis que ayuda a liberar la tensión y a manejar mejor la ansiedad.
- Facilita la toma de acción: Ver las ideas en el papel te permite tomar una perspectiva más clara y te motiva a actuar, ya sea para resolver un problema o para empezar un proyecto.
- Crea un registro personal: Llevar un diario de tus pensamientos y sentimientos te permite hacer un seguimiento de tu propio desarrollo a lo largo del tiempo.
- Mejora la comunicación: Al organizar tus pensamientos, puedes expresarte de manera más clara y efectiva, tanto en la escritura como en la comunicación oral.
Por Leandro Murciego
Escritor y Coach literario

Si te interesa saber más sobre el acto poético u otros temas vinculados con el proceso de escritura, dejame un mensaje. Me dedico a trabajar procesos creativos de novelistas, cuentistas, poetas, ensayistas, etc, crear o reformular metodologías de trabajo, y hábitos de escritura, entre otras cosas. Escribime aquí, te espero.


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